Una vez más, la ciencia ha cruzado sus límites: un equipo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon (CMU) de Pittsburgh ha desarrollado una máquina de inteligencia artificial capaz de derrotar a los mejores jugadores del mundo de póker, con una eficacia del 99,7 por ciento. Es la primera vez que la inteligencia artificial logra tal volumen de efectividad en este juego y por eso ha impactado al mundo de la ciencia y del póker.
La máquina nombrada como “Libratus” fue puesta a prueba el pasado 11 de enero en el torneo del Rivers Casino de Pittsburgh, Estados Unidos, bajo la modalidad de juego más popular: Texas Hold’em sin límite. En el evento “Cerebros vs Inteligencia Artificial”, Libratus midió sus capacidades contra cuatro de los mejores jugadores del mundo: Dong Kim, Daniel McAulay, Jimmy Chour y Jason Les. Tras 20 días, 11 horas diarias de juego y 120.000 manos, la máquina los batió con una ventaja de 1,76 millones de dólares.
La amplia victoria es increíble por varias razones: la IA cuenta con un superordenador llamado Bridge, que le permite procesar 15 millones de horas de computación y 2,5 petabytes de datos. Mientras los jugadores descansaban en sus habitaciones, la IA seguía trabajando para mejorar, en base a la información recopilada durante el día y sin asistencia de sus creadores. Sin embargo, el aspecto más destacado es que Libratus trabaja con información incompleta y esto es una gran diferencia con otras máquinas de IA desarrolladas.
Hay que remontarse al 10 de febrero de 1996 para traer el recuerdo de DeepBlue, la IA desarrollada por IBM que derrotó a Garry Kasparov y se convirtió en la primera computadora en batir a un maestro de ajedrez. Casi 20 años después, el programa de Google Alpha Go ganó 3 partidas de 4 al surcoreano Lee Sedol en el complejo juego de mesa GO. La computación también incursionó en un terreno poco habitual: en 2011, una IA llamada Watson venció a los dos mejores jugadores del juego de preguntas y respuestas Jeopardy!.
Todas estas máquinas sirvieron de inspiración en el desarrollo de Libratus. Sin embargo, en el ajedrez, el GO y el Jeopardy!, los jugadores tienen toda la información disponible a la vista, por más abundante que sea. En el póker, las cartas del rival no se pueden ver y entra en juego la especulación, el instinto, el azar y la intuición. Así, Libratus debe desarrollar una estrategia que contemple todos estos factores, a priori, más humanos.
El éxito de Libratus tuvo una gran repercusión mediática y abre una amplia gama de posibilidades, más si se tiene en cuenta que los algoritmos que conforman a la máquina no fueron hechos específicamente para el póker. Los creadores no descartan su uso en temas tan variados como la negociación comercial, la medicina, la ciberseguridad y las subastas. “Esto es un paso histórico para la IA”, afirmó uno de los creadores de Libratus, Tuomas Shandholm, quien desarrolló la máquina junto al estudiante Noam Brown. Ambos destacaron los posibles usos de la máquina y dejaron abierta la puerta para el futuro, ya que aún resta hacer modificaciones para mejorar su juego y sus cálculos.
La ciencia sigue sorprendiendo con sus nuevos avances, incluso en terrenos que parecían vedados para su aplicación. “Imaginen que un día, su móvil pueda negociar el mejor precio del próximo coche que quiera comprar. Esto es solo el comienzo”, concluyó Frank Pfenning, director de Ciencia y Computación de la Universidad Carnegie Mellon.