Por motivo de uno de los anuncios que más me emocionó.
Les voy a ser muy franco, tengo años de que un E3 no me impresiona, podría decir que lo último emocionante fue en el que se mostró el cambio de generación en las compañías líderes de ese momento, y que se han mantenido en el trono hasta el día de hoy, me refiero al E3 2001.
En este vimos a las dos compañías ofrecer no solo consolas de altísima tecnología, sino una gama de juegos nuevos y secuelas súper interesantes. También fue alucinante la variedad de títulos exclusivos para cada consola, y el debut de la todo poderosa Xbox que prometía la experiencia jugable del PC en una consola de sobremesa. El cambio generacional también se vio en la exitosa portátil de Nintendo, que estrenaba nuestro amado Game Boy Advance, alardeando el doble de capacidades en comparación del Game Boy Color, pero sin olvidar sus raíces ya que contaba con una muy útil retrocompatibilidad.
Todo este bombardeo jugable en que vimos al mundo de los videojuegos madurar nos impresionó a muchos, dejándonos con el sueño de pegar la lotería y dedicarle tiempo completo al vicio electrónico. Después de eso lo más cercano a la emoción fue en el E3 2006, donde se presentaron las nuevas consolas y sus capacidades… graficas, sí sí, se veía increíble, pero a partir de ahí no había nada más de impacto… ¿Qué me olvido del Wii? No, no me mal interpreten, esa consola es para mí uno de los experimentos mejor logrados en la historia de los videojuegos y de la cual disfruto mucho por su amplia galería de excelentes juegos (en otro momento hablare de esta ya clásica consola) sin embargo, en su momento no la aplaudí ni abucheé, fue más como entrar en espera para ver si la consola maduraba con dignidad ¡Y lo hizo!
En fin, está de más aclarar que este artículo es por el recién pasado E3 2015, que de antemano le tenía cero fe, sin embargo me llevé un par de sorpresas (para bien y para mal) que me motivaron a escribir sobre la noticia más sobresaliente en el evento, me refiero al anuncio de Shenmue 3.
Para los menos entendidos en el tema, Shenmue fue un mega proyecto gestado por SEGA para levantar sus ventas, creando una experiencia única y nunca antes vista. Su norte era demostrar la enorme capacidad de su última consola (Dreamcast en ese entonces) con un juego que atrapara al usuario en una historia interesante desarrollada en un enorme mundo abierto lleno de posibilidades.
En el primer juego podías caminar e interactuar libremente por las calles de Dobuita y Yamahuse, todos los personajes en el juego tenían algo que decirte (aunque en muchos casos era solo relleno), podíamos comprar golosinas y refrescos, coleccionar figuritas de bolas sorpresa que en su mayoría eran personajes de SEGA. También era divertido jugar en la sala de arcades, un detalle más que aplaudido, puesto que los juegos integrados entre la sala de tragamonedas eran idénticos a los originales ¡Ah! Y que no se nos olvide la parte en que trabajábamos en el muelle conduciendo un carrito de carga, nunca me había divertido tanto jugando a trabajar.
Con un sinfín de posibilidades, solo nos quedaba disfrutar de la experiencia que prometía ser Shenmue 1, y más temprano que tarde disfrutamos de Shenmue 2 que continuaba la historia, pero en un nuevo y más amplio mapa que simulaba Hong Kong.
Shenmue 2 fue interesante desde un principio por los eventos que sufre nuestro protagonista en aquel mundo nuevo, sentimos el suspenso de Ryo Hazuki al adentrarnos en la nueva nación, y conforme avanzábamos conocíamos nuevos personajes a los que concederíamos nuestra confianza o desprecio según el desarrollo del juego.
Fue una digna secuela que mantiene la calidad de su predecesor, y que nos invita a esperar con ansias la tercer entrega. Su narrativa era lenta pero segura, para que se hagan una idea concreta de que tan lenta, fue hasta el final de la segunda entrega que supimos el significado de la palabra Shenmue. En fin, estábamos ante una obra que suponía nos mantendría al borde de la silla durante un buen par de años… Sin embargo, el presupuesto de la compañía de Sonic ya no veía la obra de Yu Suzuki como su as bajo la manga.
Shenmue se pensó desde un principio como el proyecto que sacaría de la quiebra a SEGA, pero a pesar de las buenas críticas, las ventas seguían siendo vagamente buenas a nivel mundial. En el caso de Japón, si tuvo una mejor recepción, por eso sin problemas tuvieron su secuela en Dreamcast. En Europa también pudieron disfrutar la continuación en la última consola de SEGA, caso distinto en América que nos obligaba a continuar la saga en la novata Xbox (dependiendo de la percepción del usuario, eso era para bien o para mal) sin duda marcó un antes y un después en la compañía del erizo azul, y en especial para la saga que funge como molde para juegos aclamados en el futuro como Grand Theft Auto, Manhunt, G.U.N. y demás títulos que adoptaron el estilo de mundo abierto, expuesto primeramente por Shenmue.
Cuando vimos que la saga seguía en una consola ajena a SEGA, creímos que en algún momento continuaría en esta, sin embargo el tiempo paso y con cada año acumulado veíamos la historia de Ryo Hazuki quedarse sin conclusión. Hasta que al maestro Yu Suzuki se le antojó aprovecharse de las ventajas que ofrece el sitio web Kickstarter, y como lo dije en el artículo de favoritos de la E3 que escribió Revista Yume, me llenó de júbilo el apoyo de los fans, sinceramente no me imaginaba que fuera tan grande su público.
El anuncio de Shenmue 3 es una gran noticia sin temor a equivocarme, no solo para nosotros los que con ansias esperamos esta secuela. También es bueno para los que esperan desde hace años una secuela de alguna saga, que quedó en el olvido por “X” o “Y” razón. Recordemos proyectos como Mighty No. 9, o la secuela espiritual de Castlevania llamada Bloodstained: Ritual of the Night, estos van a pasos agigantados y dudo que nos vallan a defraudar.
Estamos en una época en que lo retro tiene un lugar importante, y creo que lo mejor que podemos hacer es disfrutarlo.
Por Olman Abarca