Hace ya varios meses que probamos The Deer God en PC, un título indie bastante complejo a nivel de mecánicas y que nos dejó un bonito mensaje. Si no lo recuerdas, o si te parece familiar lo que verás en el vídeo de abajo, The Deer God toma inspiración en muchos juegos de scroll lateral como lo es Metroid.

Crescent Moon Games nos pone en un contexto donde fuimos alguna vez un cazador, y por cosas del destino hemos muerto y reencarnamos en un ciervo, con una misión más importante de lo que creemos. En realidad el karma nos ha dado una segunda oportunidad, y en el juego iremos progresando como ciervo, ayudando incluso a otros humanos y animales, y viajando en un extenso mundo que no parece tener fin alguno.

Por un lado, el mensaje del juego es bastante claro: valora la vida y la naturaleza, por lo que llegar al final de una vida y replantearse si reencarnar es un tema explícito en el juego. Su historia es realmente simple si lo vemos desde ahí, pero el juego está desarrollado para dejar una moraleja simple.

Si no lo jugaste antes, este juego cuenta con un sistema de moralidad, donde llevamos control de nuestras buenas y malas acciones, algo que se refleja en la forma en que hacemos respawn después de morir, además de tener penalización si decidimos matar o herir a otros animales inocentes; o bien recibir una recompensa por matar algunos animales. En este juego es normal llegar a ciertos puntos donde morimos, pero conforme más jugamos nuestro personaje irá envejeciendo y ganando algunos atributos positivos, por lo que veremos una progresión bastante realista.

Aunque la historia es simple, me volvió a resultar cautivadora, con los mismos errores de gameplay que vi cuando lo jugué en Steam. De hecho, aún podemos arruinar fácilmente nuestro juego al cometer errores, especialmente porque avanzaremos infinitamente por el escenario hasta morir o sacrificarnos por un bien mayor. Puede ser algo dolor de cabeza a veces, pero en eso consiste todo el juego. El sistema de quest es más sencillo de lo normal, pero hay algunas misiones que si serán algo complicadas, especialmente porque al tener un mundo procedual, ciertas quests pueden ser orácticamente imposibles.

El trabajo de porteo en Nintendo Switch fue bueno, y aunque hay ciertas caídas de frames (ralentizaciones algo notorias), no molesta realmente a la hora de jugar. Lo que si es un problema es que el juego en modo portátil puede ser difícil de jugar debido al tamaño de la pantalla de la consola, esto sumado a sus colores puede darnos un dolor de cabeza y se tuvo que haber trabajado en el contraste de los colores o alguna forma más sencilla de distinguir los personajes.

Finalmente, el juego no incluye ningún extra en la consola de Nintendo Switch, por lo que será lo mismo que vimos en PlayStation 4, PSVita y PC. Quizá se pudo trabajar en algo extra o en el uso de los Joy-Con, ya que no se le saca provecho tampoco al HD Rumble.

Como mencioné en algún momento, todo eso se compensa con un trabajo de Pixel Art impresionante, el cual en modo TV nos permite apreciar aún más su mundo dinámico y complejo. Los efectos de luz son impresionantes, y los cambios de día y noche, así como de climas están muy bien logrados. La música de hecho es un complemento perfecto para el mundo del juego.

Comentario final

El juego es un port como tal de The Deer God. De hecho, no incluye funciones adicionales en Nintendo Switch, por lo que será básicamente lo mismo que jugamos en PC y otras consolas. Sus mundos generados procedualmente siguen siendo un dolor de cabeza, pero su arte y música lo hacen demasiado ameno.