Es indudable que, en algún momento de nuestra vida, hemos caminado tranquilamente por la orilla de la playa, solo para encontrarnos con desagradables residuos de sustancias negras y una gran cantidad de basura. Esta lamentable situación es el resultado de la contaminación de nuestros océanos, siendo el plástico el principal contaminante. Estos desechos, junto con latas y envases, terminan descomponiéndose y liberando sustancias tóxicas al mar durante largos períodos. Lamentablemente, muchas especies marinas mueren al ingerir o quedar atrapadas en estos desechos.
Además del plástico, otra fuente de contaminación marina son los derrames de petróleo, que suelen ocurrir como resultado de accidentes durante el transporte de este combustible. El crudo derramado puede permanecer en el mar durante muchos años y es extremadamente tóxico para el ecosistema marino. Lamentablemente, una vez que se diluye, resulta prácticamente imposible de eliminar por completo.
La minería oceánica es otro factor negativo que afecta al ecosistema marino. Los sitios de extracción, donde se busca plata, oro, cobre, cobalto y zinc, generan depósitos de sulfuro a profundidades de hasta tres mil metros en el océano. Estas actividades mineras causan daños significativos en el lecho marino.
Es crucial tomar conciencia de estos problemas y trabajar en conjunto para proteger y preservar nuestros océanos. La salud de los mares y sus habitantes depende de nuestra acción responsable y el compromiso de adoptar prácticas sostenibles en nuestra vida cotidiana.
Fuente de vida
La Organización de Naciones Unidas (ONU) destaca que el océano cubre más del 70% del planeta. Es una fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra.
Una gran prueba de ello es que el océano produce al menos el 50% del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además, resulta clave para la economía, ya que se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los océanos.
Sin embargo, la ONU considera que, a pesar de todos sus beneficios, necesita más apoyo que nunca. Con el 90% de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, se está extrayendo más del océano de lo que se puede reponer. El organismo internacional invita a trabajar en conjunto para crear un nuevo equilibrio en el que no se agote todo lo que este ofrece, sino que se restaure su vitalidad y se le devuelva una nueva vida.
Doble uso al plástico
Existen empresas que cada vez están más comprometidas con el planeta, que buscan ser más sostenibles desde su proceso de producción y también con sus productos. Entre esas compañías destacan a nivel mundial OceanGlass™ y Acer.
En el caso de OceanGlass™ es un material innovador y sostenible que está revolucionando el mercado por su forma de producción y diseño de productos. Este material está hecho completamente de residuos plásticos abandonados y destinados a parar en el océano, ofreciendo una solución que no solo es beneficiosa para las empresas, sino también para el medio ambiente y, en particular, para los océanos.
Año a año son millones las toneladas de residuos plásticos que acaban en el mar, una situación lamentable que causa daños irreparables a los ecosistemas marinos y a la vida silvestre. Los plásticos pueden tardar cientos de años en descomponerse y, mientras lo hacen, liberan toxinas perjudiciales en el agua.
OceanGlass™ se ha encargado de recoger materiales en los océanos y darles una segunda vida útil. Sus productos están hechos completamente de residuos plásticos que, de otra manera, terminarían en el océano. Al recoger y reutilizar estos componentes, OceanGlass™ ayuda a reducir la cantidad de residuos que llegan al mar.
Las marcas que optan por usar OceanGlass™ en sus productos están contribuyendo activamente a la lucha contra la contaminación plástica en los océanos. No solo están reduciendo la demanda de plásticos nuevos, lo cual es beneficioso para el medio ambiente en sí mismo, sino que también están eliminando residuos plásticos ya existentes.
Además, OceanGlass™ ofrece una alternativa sostenible y de alta calidad a los plásticos convencionales. Los productos fabricados con este material no solo son resistentes y duraderos, sino que también tienen una huella medioambiental significativamente menor.
Al elegir productos hechos con OceanGlass™, así como Acer, las marcas pueden demostrar su compromiso con la sostenibilidad y contribuir a la conservación de nuestros océanos. Es una forma efectiva y tangible de marcar la diferencia y ayudar a proteger el planeta para las generaciones futuras.
“En Acer hacemos uso de OceanGlass™ en nuestros productos, no sólo como una medida de contribuir al bienestar del medio ambiente y de nuestros océanos, sino también para brindarles a nuestros clientes garantía de calidad en cada una de las laptops que empleamos este material ecológico que le ofrece una textura táctil elegante, similar al vidrio, a medida que sus dedos se desplazan por el panel. De esta forma ayudamos a que sean menos los residuos que intervengan en el daño al ecosistema marino”.
Laptops como la Aspire Vero, las cuatro nuevos modelos Chromebooks para el entorno educativo, así como también la Acer Swift 3 OLED, Swift 5, Swift Go, son equipos que cuenta con OceanGlass™ en su panel táctil, fabricados totalmente de plástico procedente de los océanos y que brinda una experiencia táctil que sus dedos disfrutarán.
La contaminación en los océanos no es un problema de unos o de otros, es algo que atañe a todos y aunque las personas tienen su cuota de responsabilidad al dejar residuos en la orilla del mar, la mayor responsabilidad la tienen empresas y gobiernos de todo el mundo, por no establecer las medidas necesarias para evitarlo. Sin embargo, cada uno desde su espacio puede hacer el cambio, para que los que están por venir sigan disfrutando de la inmensidad de los océanos.