Sin duda alguna, Kiseijuu sei no kakuritsu, es un anime que está sumamente cargado de material que se presta para realizar reflexiones filosóficas. A la hora de pensar en este anime viene a mi mente el recuerdo de ver a Shinichi Izumi corriendo con un abrigo puesto el cual tiene la palabra “filosofía” impregnado.

Me es de mucho pesar el hecho de no poder compartir mucho de lo que este anime puede otorgar a la hora de pensarlo filosóficamente, puesto que su contenido permite realizar diversas cuestiones como ¿qué es un ser humano? ¿el ser humano es su cuerpo y apariencia o su forma de comportarse? ¿la vida no-humana puede humanizarse? También se tratan temas de las ciencias naturales como la supervivencia de las especies, la evolución, la selección natural, entre otros. Así también pueden surgir muchas otras cuestiones a través de esta gran obra.

Esta reflexión filosófica presente va a girar en torno a un concepto que usualmente se usa en los temas bioéticos relacionados con la trata de otras especies no humanas: el especieísmo. Rápidamente hablando, se dice que alguien es especieísta cuando se discrimina o maltrata a alguna especie o forma de vida que no sea la misma de la del ser agresor. Un ejemplo que puede facilitar la comprensión es el siguiente: un humano despreciando o maltratando a un cerdo. Como bien es sabido (detalle casi que obvio) el Homo Sapiens no es de la misma especie que un cerdo, a la hora en que uno de nuestra especie trata mal a otra, se actúa con especieísmo.

Antes de continuar con el uso de nuestra razón para comprender a Parasyte, primero haremos una breve reseña sin spoilers para nuestros queridos lectores que aún no han visto el anime o leído el manga. Resulta que en una determinada noche de una época contemporánea a la nuestra, el planeta Tierra sufre una invasión de seres extraterrestres, pero no de esas que comúnmente se muestran en el cine, los invasores son parásitos que ocupan de un cuerpo huésped para poder sobrevivir. Estos comúnmente, una vez adquirido el cuerpo huésped, actúan de manera caníbal, es decir, se alimentan de la misma especie del cuerpo en que se hospedan, esto quiere decir que, si un parásito entra en un cuerpo humano, este buscará humanos para alimentarse. Un parásito falló en su intento de tomar un cuerpo y solamente puede sobrevivir ahora siendo la mano derecha de Shinichi Izumi, a este parásito se le bautizará como Migi. En síntesis, el anime trata de cómo estos protagonistas logran sobrevivir a las adversidades que se les aparecen gracias al desastroso resultado de Migi y a la invasión de parásitos en la Tierra, que al principio trae consigo muchos desastres.

Una primera aclaración que quiero hacer es que, al usar un concepto de la bioética, esto implicará que se vaya a hablar de moral. Shinichi se ve escandalizado cuando se entera de que los parásitos están acabando con vidas humanas, el considera esto como un acto cruel digno de censura e indignación, mientras que Migi (que, por cierto, al principio puede considerarse como un personaje sin el mínimo sentido de lo que es el bien y el mal, es decir, un ser amoral) no entiende el comportamiento de su compañero. Shinichi afirma que lo que hacen los parásitos es malo, pero Migi responde de una manera muy inteligente, pues él dice que los de su especie hacen lo mismo que los humanos hacen con otras formas de vida, es decir, matarlos para alimentarse, y así como muchos humanos no ven nada de malo en matar a una vaca para comerla, él no ve nada de malo en que un humano sea asesinado para servir como alimento. Aquí claramente podemos observar una actitud especieísta por parte del protagonista humano, puesto que se siente ofendido por el daño que le hacen a los de su especie, pero no ve nada de malo en que los humanos, la especie “superior” haga lo mismo con otras formas de vida distintas.

Aquí puede introducirse la cuestión de si es verdaderamente malo asesinar a otra especie solamente para poder obtener alimento de esta. Si se responde, de manera imparcial, que sí, esto implicaría considerar como un mal actuar el consumo de carne no-humana. Si se responde que no, podríamos optar por ver con buenos ojos el consumo de carne humana por otras especies, o incluso, considerar como no-mala la práctica del canibalismo. A menos que alguien defienda que el consumo de carne humana es el único que no es correcto, pero esto implicaría buscar una justificación para esto, y posiblemente el discurso apologético esté cargado de especieísmo.

¿Es el ser humano una especie superior a las otras? No podemos negar el hecho de que, como dice George Orwell su obra la rebelión en la granja, el ser humano se ha apoderado de otros animales, posiblemente al uso de su razón, pero ya pensar en una superioridad con respecto a otras especies por el simple hecho de ser humanos, es algo debatible.  Vemos como otras especies animales tienen mejores atributos que nosotros los humanos: felinos que corren más rápido, primates con una fuerza superior a la nuestra, tiburones que con una mordida pueden matarnos. La superioridad humana, si es que existe una, no podría ser, según mi criterio, por el simple hecho de que somos humanos.

Vemos que Migi no es un personaje que vea esto como malo, es un ser más que busca como alimentarse y satisfacer sus necesidades biológicas para poder sobrevivir, como cualquier otro ser que participa del ciclo natural. ¿Es malo matar otras formas de vida para sobrevivir? Vemos como la naturaleza gusta de la muerte, unas especies se alimentan de otras, uno es el depredador y otro la presa, así parece funcionar la naturaleza. Pero el ser humano no se ha vuelto depredador de una especie o dos, sino de muchas, algo que resulta casi excesivo para algunas personas. Un ser que va devorando y destruyendo lo que encuentra, ¿no sería este un ser censurable al cual podría considerársele dañino? ¿No sería este ser el ser humano? Pero, resulta que aparece, como dicta la naturaleza, un depredador para el humano, y a este ser si lo vemos como una entidad despreciable. ¿Será esto actuar de forma especieísta? “Somos seres superiores, por esto nadie puede comernos ni hacer lo mismo que nosotros”, un discurso bastante curioso es este.

Parasyte es un anime que me dejó muy contento, jamás esperé toparme con una obra con tanto contenido filosófico, la recomiendo totalmente. Decidí verla pensando en que algún momento Migi le diría a Shinichi que él no es ningún “100tifiko”, pero me topé con una sorpresa de mayor agrado intelectual. Me duele terminar la reflexión, puesto que puede extenderse más, o incluso tratar otro tema a partir del mismo anime, que sin duda alguna es digno de admirar.

Próximamente: Noragami ¿hechos a imagen y semejanza?

Ojalá nos puedan dejar en los comentarios animes los cuales consideren aptos para poder optar por hacer una reflexión filosófica a partir de estos, para así poder seguir con esta sección de Revista Yume y también poder complacer sus gustos por este medio.