Boku dake ga Inai Machi ha sido la serie con más «hype» de la temporada de invierno de este año. Sin embargo, no deja de ser una serie que ha sido completamente desaprovechada, con un desarrollo y dirección que se han tambaleado a lo largo de los capítulos, provocando que mi disfrute hacia la serie fuera decreciendo bastante. La historia principal sigue a Satoru Fujinuma, quien retrocede en el tiempo forzosamente cuando alguna vida esté en peligro, aunque no se sabe nada de cómo funciona la habilidad.

BokuMachi es mero entretenimiento, una serie que se deja ver fácilmente, ágil y que engancha, pero no va más allá. Obviando los defectos de la serie, hay que admitir que ha sido disfrutable, con una propuesta visual interesante y un argumento lo más mínimamente jugoso como para conseguir enganchar al espectador.

El principal problema de la serie fue la rapidez y la poca naturalidad con la que han acabado los hechos. Partía de elementos que la hacían atractiva, pero ha acabado por no saber desarrollar ninguno de ellos. No ha sido el gran anime sobrenatural de saltos en el tiempo que prometía, ya que ni siquiera pudieron tomarse el esfuerzo en darnos una explicación lógica de cómo adquirió los poderes y como les daba uso (porque se activaba en las partes más convenientes). Tampoco han sabido tratar un tema tan serio como es el caso del maltrato infantil en el que está metida Kayo, que ha quedado resuelto de una manera vaga y tan rápidamente que no ha llegado a tener ningún tipo de repercusión en el anime. Además, lejos de contar con un misterio inteligente, resulta ser bastante obvio y predecible el desenlace del hilo principal de la historia.

Los personajes en BokuMachi tampoco han logrado brillar y han acabado siendo simples prototipos de lo que podrían haber llegado a ser. Un apático protagonista, Satoru, que no ha logrado llegar a transmitir nada al espectador, un personaje estático, absurdo en muchos momentos y con una manera de actuar más que cuestionable. Kayo, que es un personaje fácil de empatizar, y se le ve un cambio de personalidad y comportamiento notable durante el desarrollo. Y el villano principal, que creo que podría ser el peor personaje, totalmente vacío y al cual no le explican motivaciones ni objetivos, pareciera solo estar puesto para mostrar el misterio.

La animación ha tenido un nivel de calidad bastante alto, manteniéndolo durante todos los capítulos, con una fluidez de movimientos muy buena, una paleta de colores agradable y unos fondos cuidados y bonitos.

El anime es recomendable pero ni lejos de lo mejor de su género, es un anime interesante para disfrutar sin pensar mucho en nada y creo que cualquiera podría verlo sin problema, siendo fácil de “digerir”.

Por Emanuel Valenciano