Lance Perkins, quien vive en Canadá y es padre de familia de un adolescente de 17 años, se percató el 23 de diciembre de 2015 que su hijo había gastado $7625.88 CAD (alrededor de $5400 USD) en microtransacciones de FIFA.
«Me derribó. Me derribó literalmente, cuando vi lo que me habían cargado. Mi hijo pensó que era una tarifa única para el juego. Él está igual de impactado que yo, nunca creyó que estaba siendo cargada cada transacción, o cada vez que entraba al juego» comentaba.
Perkins contactó inmediatamente a la compañía de crédito, pero ésta le dijo que no había manera de arreglar la situación, a menos que acusara a su hijo de fraude. Cuando el padre de familia se comunicó con Microsoft, la compañía le envió un correo con las cláusulas de Xbox; al explicar que su hijo era menor de edad, la empresa respondió que analizaría el caso, pero hasta el momento la familia no fue contactada.