Para los jugadores de cierta edad, la nueva entrega de Mega Cat Studios les puede recordar inmediatamente a Contra, pero la comparación solo cabe en un nivel muy básico. Bite The Bullet es la versión post moderna y psicodélica del clásico de run and gun.
La diferencia más obvia es que en este juego es importante comer, comerse todo, desde los power ups que aparecen hasta los enemigos que quedan inconscientes. Pero comer tiene consecuencias, este juego es ligeramente educativo. Si se consumen muchas calorías nuestro personaje puede ganar masa corporal y volverse menos ágil, sin embargo, al comer se gana vida y habilidades…difícil decisión.
Gráficos 4 de 5
El juego es en 2D con acabados pixelados y poca definición del ambiente y de los personajes, pero esto es parte de la estética que busca crear o más bien del estilo arcade al que nos quiere llevar el título, sin embargo, en algunos niveles, los efectos de luz y los detalles hacen complicado de distinguir el entorno, sobre todo con el upgrade de synth mode.
Música 5 de 5
El acompañamiento musical es de lo mejor que tiene este juego. La selección de música synthwave realmente potencia la experiencia de andarle disparando a todo lo que se mueva, además que constantemente se pueden desbloquear nuevas pistas para ir variando el repertorio.
En el modo synth se agregan además luces neón que acompañan perfectamente a artistas como Retroxx y Wavershaper.
Cinemática 3 de 5
Se incluyen pocas secuencias de lo que podríamos llamar cinemáticas, lo que sí hay mucho son los cuadros de diálogos donde se nos van explicando los datos y el contexto de la aventura. Este estilo se vuelve monótono y se agota con rapidez en un juego que es muy ágil en el resto de sus elementos.
Historia 4 de 5
La historia es lo menos llamativo del juego, pero es que tampoco es un género que se busque por sus complicadas tramas. En este caso se juega como Chewie o Chewella, un par de mercenarios contratados por Vora, la CEO de DarwinCorp para recolectar el ADN de las criaturas de la Tierra. El método de recolección es la ingesta alimentaria.
Es un futuro distópico donde la crisis de comida llevó a colocar implantes que permitían el consumo de materia no orgánica pero que a la vez creaba mutaciones. Esas mutaciones se quedaron en la Tierra y el resto se fue al espacio.
A medida que el juego avanza, nos encontraremos con miembros de la resistencia que hacen que la misión y los objetivos de la corporación entren en duda.
Gameplay 4 de 5
La descripción que le dan al juego es: correr, disparar y comer, ese el resumen más exacto que se puede hacer.
Los controles son sencillos, la dificultad es progresiva y tiene suficientes elementos como para volverse adictivo, por ejemplo, los múltiples logros que se pueden conseguir por nivel o los personajes ocultos que otorgan habilidades limitadas.
Las armas se pueden ir mejorando al usar las calorías, proteínas y grasas, y las armas especiales tienen efectos que van desde insectos explosivos hasta tallos que les crecen a los enemigos.
Un árbol de habilidades le permite a cada jugador decidir qué tipo de personaje quiere, puede ser carnívoro o vegetariano, con atributos y castigos para cada rama.
Y todo esto sin mencionar el modo Zombro, una criatura que se enfrenta cuerpo a cuerpo y a la que tendremos acceso luego de consumir a suficientes enemigos.
Lo único negativo en este apartado es lo complicado que se hace recorrer algunos niveles, en parte por un mapa poco funcional, y lo repetitivo que se vuelve luego de un tiempo.
Último bocado
El tipo de juego, y el humor de este, lo coloca como una pieza que no es para todo mundo, pero que puede llegar a ganarse a quienes le den la oportunidad. Es una forma de desestresarse y divertirse a la vez que se cuida el peso y los hábitos alimenticios del personaje. Nuestro consejo es entrarle con hambre y llegar hasta el final, si no es de su agrado puede, como en el juego, regurgitar todo lo consumido para seguir adelante.