Kill la Kill The Game: IF es un juego dirigido a los más fanáticos de Ryuko y compañía.

Desde que fue anunciado, llevo un buen rato esperando Kill la Kill The Game: IF, la primera incursión de la franquicia en los videojuegos y que además tendría supervisión completa de Trigger durante su desarrollo. ¿Valió la espera? Como fan, puedo decir que si, ya que cumple bastante bien lo que promete.

Creo que muchos fans en algún momento querían ver las batallas del anime en un juego, algo que ha sucedido mucho estos últimos meses debido a la gran popularidad y el repunte que el anime ha tenido en Occidente (no Patricio, el anime no está muerto), desplazando poco a poco a los cómics según estadísticas de ventas en la industria (panel de la Anime Expo 2019). Es así como hasta los fans de los videojuegos han podido disfrutar de sus personajes preferidos en el entretenimiento que más les gusta. Ahora, Kill la Kill The Game: IF es un excelente juego de peleas, aunque es más un arena battle con toques de hack & slash, contando con grandes desarrolladores detrás como lo es el equipo de ArcSystem Works y la supervisión de Trigger, algo que se nota en sus animaciones y estilo.

Parece que el anime se ha mezclado muy bien con el género arena battle, quizá por su dinamismo y la forma en que podemos reproducir más fielmente las batallas que en un entorno 2D más clásicos de los fighters que ya conocemos. Cada personaje de Kill la Kill The Game: IF tendrá sus ataques de cuerpo a cuerpo, lejanos, especiales, defensas y mucho más, por lo que ya podrás ir imaginándote qué tal es el juego.

¿Qué encontraremos en Kill la Kill The Game: IF?

Los juegos de anime muchas veces sufren de falta de modos de juego, ya que apelan únicamente a la popularidad de sus historias y personajes. En este caso, el modo historia es algo corto y solo nos permite experimentar dos líneas de historia, la de Matoi Ryuko y Kiryuin Satsuki. Sin embargo, incluye modos de pelea tanto locales como online, incluyendo batallas para ranking mundiales lo que añade un elemento competitivo al mismo. Podremos crear lobbies de espera o unirnos a alguno existente, lo que nos permitirá aprovechar más nuestra comunicación con otros jugadores.

Además del tutorial, el modo de historia nos permite revisitar la historia del anime, con muchos diálogos eso sí, pero al menos nos refrescaremos un poco la memoria mientras usamos a nuestros personajes. Fuera de eso, el juego incluye muchos elementos que referencian directamente al anime, como lo es la mecánica del Bloody Valor, que funciona más o menos como un piedra, papel o tijera. Si logramos ejecutarlos correctamente, podremos lograr un insta-kill hacia nuestro oponente.

Habrá un modo de juego también donde nos enfrentaremos hasta a 100 enemigos y nuestro éxito se medirá según el tiempo y vitalidad que nos quede luego de cumplir con el objetivo. Es importante destacar que tendremos distintas dificultades, que van desde las 0 estrellas hasta 3 estrellas, igual que los uniformes Goku del anime. El juego no es para nada fácil, por lo que aumentar una estrella en la dificultad solo nos va a hacer ver en problemas si no dominamos bien la técnica de combate.

Regresando un poco a la historia, aunque es algo única por sí sola y llena de cut-scenes, la realidad es que narra los hechos del anime desde dos puntos de vista, que son nuestras protagonistas básicamente.

Un juego que se siente como anime

Kill la Kill The Game: IF se ve y se juega como un anime. Las animaciones que hemos visto en los trailers son prácticamente las mismas que veremos en el juego, por lo que hasta los momentos de tensión y de acción son demasiado emocionantes de jugar. Esos planos forzados que a Trigger le gusta usar se respetan hasta durante los combates, y la mano de ArcSystem Works se siente con las mecánicas que implementaron. Algunas animaciones corren a 30FPS, tanto en PlayStation 4 como en Nintendo Switch, por lo que debes tomar en cuenta que no se sentirán tan fluidas como pensaríamos. Por otro lado, aunque el rendimiento es increíblemente estable, lo que si tiene un poco de problemas es la sincronización de los labios con las voces, se nota bastante.

Una vez que ganas el modo historia puedes comenzar a completar el Gallery Mode, el cual según algunas misiones u objetivos irás desbloqueando figuras de los personajes. Además, gracias al GP, la moneda del juego, podremos desbloquear aún más contenido como poses y opciones para este modo. Podremos incluso visualizar las secuencias anime que hemos desbloqueado, o bien conseguir más canciones de la banda sonora del juego. Kill la Kill The Game: IF tiene únicamente 10 personajes jugables, incluídas sus variantes, por lo que dependerá de ti decidir si te parece mucho o poco contenido.

Un problema que si tiene el juego es que hay pocas batallas en realidad y el modo historia es más de un 70% secuencias animadas y conversaciones. Algunas batallas incluso son tediosas por los objetivos que tienen, peor aun cuando el enemigo tiene personajes de apoyo y debemos derrotarlos a todos. En este aspecto es cuando digo que el juego tiene toques de hack & slash y se desvía un poco de lo que sería un fighter. La cámara del juego algunas veces nos jugará malas pasadas, por lo que debes estar muy pendiente de lo que ocurre en pantalla y aprender a bloquear/contrarrestar ataques.

Comentarios finales

Kill la Kill The Game: IF superó mis expectativas como fan, aunque como jugador es un arena battle más de los que tenemos en el mercado. ArcSystem Works y Trigger hicieron un excelente trabajo con el juego y, en general, el resultado final es muy bueno. Personalmente, este juego me gustó mucho más que My Hero One’s Justice, aunque no tanto como Dragon Ball FighterZ.

Si eres fan de Kill la Kill, ¿qué esperas para adquirirlo? Este juego está diseñado totalmente para ti y cumplirá con lo que esperas de un juego basado en uno de tus animes preferidos. Si no te consideras fan del anime, te recomendaría adquirirlo en alguna promoción más adelante. Si eres un jugador de fighters más tradicionales, no creo que tengas mucho que ver acá.

Review del juego realizado gracias a un código facilitado por PQube. Imagen de portada: Chris Lejman.