Rage 2 es una mezcla que se asemeja bastante a DOOM a nivel de jugabilidad.

¿Son los juegos de mundo abierto un género por sí solos? Realmente es algo complicado de decir, principalmente porque muchos otros géneros, por ejemplo, los RPG pueden tomar elementos de mundo abierto para hacer más amplio su mundo. En general, si hablamos de juegos de mundo abierto estamos proyectando lo que conocemos de títulos como Assassin’s Creed, The Elder Scrolls o GTA, un juego que nos ofrece posibilidades infinitas para jugar; algo así se intentó hacer con Rage 2, un juego que mezcla las cosas buenas y malas de este tipo de juegos.

Para empezar, el Rage original se lanzó por allá de 2011 y con él, id Software intentó llevar al mercado otro juego del calibre de Wolfenstein, DOOM o Quake. Realmente, ese primer juego tuvo un impacto moderado y rápidamente llegó a ser olvidado, aunque Bethesda parece no haber tirado la toalla con la franquicia y decidieron revivirlo de una u otra forma. En este caso, con una secuela; aunque, después de jugarlo un buen rato, no estoy seguro si fue la mejor decisión.

Ya que no fui jugador del Rage original, puedo afirmar que el juego realmente no necesita de éste para hacernos seguir la historia. En general, el juego no parece estar interesado en este aspecto, ya que no hay un interés real en narrar algo y sólo se centra en destruir a General Cross, nuestro enemigo principal, y en disparar como locos.

¡Dispara, dispara, dispara!

Rage 2 es un juego donde lo único que importa es disparar y, de hecho, es lo único que el juego hace muy bien. El equipo de desarrollo tiene gran experiencia en lo que es el gunplay, logrando una experiencia de juego muy similar a lo que probamos en DOOM allá por 2016. En lo personal, realizar headshots en este juego resulta una experiencia llena de adrenalina, incluso recibirlos. Sin embargo, un juego no puede ser únicamente gameplay y requiere de más elementos para considerarse bueno.

Algo que apoya a este gunplay son las habilidades y armas que iremos desbloqueando en el juego conforme avanzamos. Al inicio, seremos el típico personaje random de cualquier shooter, pero conforme jugamos podremos mejorar nuestro equipo y así ganar más habilidades que serán útiles en el campo de batalla. En general, las opciones de personalización son muy variadas, y cada uno de nuestros aliados también podrán progresar al desbloquear sus árboles de habilidades. Lo que es triste, es que el juego no ve más allá de eso. Fuera de sus mecánicas de juego sólidas, la historia carece de todo interés y la campaña peca de corta, repetitiva y, por consiguiente, aburrida. Después de 10 horas de juego no tendrás nada por hacer y, aunque las misiones secundarias abundan, son repetitivas hasta más no poder y se nota la falta de imaginación en ellas. En general, tenemos un mundo enorme donde no hay nada por hacer.

¿Qué tanto podemos sumergirnos en el mundo de Rage 2?

Las misiones, en general, parecen ser variadas. En realidad, muchos comentan que son aún más variadas que las del juego original, e incluso cuando juegas algunas nos pondrán a sudar y nos aumentarán la adrenalina. Creo que esto ocurre con los jefes principalmente, ya que se sienten mucho más trabajadas que el resto. Sin embargo, el resto de ellas solo son misiones cortas para rellenar y darnos algo qué hacer.

Otro aspecto que no está trabajado como se debe es la conducción. Es estresante controlar y movernos en nuestro vehículo. Es más, mejorarlo no es una experiencia gratificante y este sistema se siente bastante apresurado y sin control de calidad. En Rage los sistemas de conducción son importantes, ya que las distancias que debemos recorrer en este colorido y destruido mundo son considerables, pero al no estar debidamente trabajadas solo hacen sentir el rato como una experiencia frustrante.

Es extraño, estamos ante un juego con un excelente sistema de gunplay y progresión, a tal punto de ser emocionante y tratar de que estemos ocupados, pero todo esto se desinfla rápidamente al entrar al mundo abierto del juego y probar sus misiones. Se siente como un mundo vacío, donde pareciera que tenemos mucho por hacer, pero al entrar en él no encontramos mucho.

Comentarios finales

La industria actual de los videojuegos nos tiene saturados de juegos de mundo abierto y con temática post-apocalíptica; de hecho, esto y los zombies son un “género” que ya comienzan a cansar a los jugadores. A veces me siento a pensar hacia dónde va la industria, ya que la originalidad se ha ido perdiendo desde hace mucho.

Rage 2 tenía muchas cosas para llegar a ser un buen juego, quizá no excepcional, pero si aprovechar la experiencia de sus desarrolladores y convertirlo en uno de los mejores juegos con gunplay del año. De hecho, fue de los más esperados por los jugadores; sin embargo, quedó al mismo nivel de Days Gone, donde el resultado se puede disfrutar sin problema, pero no destaca en ningún sentido y termina en el olvido luego de unas cuantas horas.

Review del juego realizado gracias a un código facilitado por Bethesda.