El día de ayer por fin llegó uno de los capítulos más esperados del anime Shingeki no Kyojin. La verdad que estaba encerrada en el sótano de la casa de Eren por fin fue revelada. Y lo que salió a la luz era, mucho más grande de lo que muchos esperábamos.
Puede que el lector de esta nota haya leído antes el manga o puede que haya recibido spoilers sobre la gran revelación del episodio 57. Pero sea cual sea la forma en que nos dimos cuenta del giro argumental revelado ayer, hay que aceptar que cambia la forma en que percibíamos con certeza la serie.
¿De dónde vienen los Titanes? ¿Son realmente ellos el enemigo? ¿Qué buscan los Titanes Cambiantes? Todas estas interrogantes fueron respondidas. Y con ello, pasamos de una serie de acción sobrenatural de humanos combatiendo contra monstruos gigantes, a una lucha de humanos contra humanos.
Puede que luego vengan mas secretos revelados (empezando porque aún faltan por mostrar Titanes Cambiantes). Pero lo que es claro ahorita, es la profundidad que ha tomado la serie a partir de este momento. La lucha de supervivencia que tenían nuestros protagonistas hasta la fecha, no es más que la consecuencia última de toda una maraña política donde se busca hacerse con el poder completo de los Titanes para gobernar todo el continente.
Cada bando tiene su propia versión del beneficio o perjuicio traído por los Titanes. Evitándose así mostrarnos villanos claros. No hay blanco y negro en las intenciones de los personajes. Cada quien tiene una verdad subjetiva, y las personas poderosas tratan de manipular al pueblo a conveniencia con una u otra versión del uso de los Titanes. Toda una alegoría del mundo real, por ejemplo, con el poder atómico: Mientras un país divulga el riesgo de que otros países tengan poder nuclear, ellos mismos mantienen todo un arsenal a su disposición. Así entonces, Shingeki no Kyojin ha elevado la apuesta, apuntando a ser una de las mejores historias vistas en un anime.
Seguiremos al tanto de lo que venga en esta gran serie.