Lucas Graciano es uno de los ilustradores en los que Wizard of the Coast confía para el desarrollo de los artes de las cartas del exitoso juego Magic The Gathering. Su trabajo lo ha llevado a destacar como ilustrador y ganar diversos premios en Estados Unidos, como el Chesley Awards for Best Gaming Related Art en sus ediciones de 2009, 2010 y 2013.
Graciano también ha sido contratado por otras grandes compañías como Blizzard Entertainment, Dark Horse Publishing, Paizo y Sony on Line Entertainment. Con ello, su portafolio incluye artes para franquicias como Star Wars, Lord of The Rings y Everquest.
En días recientes, la revista Dragon+ lo entrevistó sobre su experiencia como ilustrador de arte de fantasía. Graciano comentó que creció “leyendo la revista Heavy Metal y viendo el arte de grandes ilustradores como Frank Frazetta y Boris Vallejo. Ellos me inspiraron para creer que podía pintar dragones y magos y que me pagaran por ello”.
Graciano describe que para sus trabajos busca imágenes de referencia, a partir de las cuales crea un collage para hacer bocetos digitales. Además, toma fotografías de su esposa o de su hija modelando diversos gestos, con lo cual construye las poses y gestos que desea plasmar en la ilustración final.
Graciano comenta que para cada pieza contratada crea entre 2 y 5 bocetos digitales. Estos son enviados para que se seleccione el boceto deseado. Con la pieza elegida, busca o fotografía cualquier referencia que haga falta y comienza a detallar el dibujo. En ocasiones trabaja en lápiz o en óleo los detalles antes de generar la ilustración digital.
Ante la pregunta sobre su experiencia como ilustrador de Magic The Gathering, Graciano comenta que le encanta. Él explica que cada pieza es una excelente opción para poner en práctica todo lo aprendido en su formación en bellas artes. Pese a ello, considera que su éxito como ilustrador se debe a su versatilidad, la cual le permite hacer trabajos muy diferentes según se necesiten.
Graciano comenta que un amigo le enseñó a jugar Magic The Gathering. “Uno de mis amigos, a quien está muy metido en el juego, vino y me armó unos cuantos mazos con cartas que yo tenía, para que mi hija y yo pudiéramos jugar. Nos divertimos pero no somos muy competitivos.”.