¿Cómo se recupera la fe de una fanaticada dividida por las últimas películas? Se pone a uno de los más talentosos cineastas junto al geek más grande de una galaxia muy lejana y se les deja hacer lo que les dé la gana. Así de sencillo.
Jon Favreau y Dave Filoni le han dado vuelta al odio y el enojo de miles de seguidores de Star Wars y los han convertido en creyentes de que la expansión es posible y necesaria. Solo necesitaron 16 episodios para que no haya duda alguna de que The Mandalorian es el camino.
La serie estrella de Disney+ y el primer intento de la saga en esta plataforma, llegó al final de su segunda temporada con el capítulo 8 titulado El Rescate, y el mundo geek no habla de otra cosa.
La dirección estuvo a cargo de Peyton Reed (Ant-Man, Ant-Man and the Wasp) y el guion es del creador de la serie, Jon Favreau.
Este artículo estará cargado de spoilers, les advertimos.
El Regreso del Jedi
Es cierto, hay que reconocer que la serie no es la más consistente en calidad –pocas lo son- sobre todo en términos de narrativa, muchos episodios se sienten como relleno y al ser tan escasos por temporada y de una duración reducida, se sienten a veces como una pérdida de tiempo. Sin embargo, los últimos cuatro han sido pura gloria televisiva.
No vamos a hablar de toda la serie ni de la temporada, nos vamos a centrar en ese maravilloso final porque simplemente hay mucho que decir…. Y empecemos con lo obvio LUKE SKYWALKER.
Desde hace semanas ha crecido el rumor y las esperanzas de que el Jedi iba a regresar de una forma u otra. Se habló de recastear el papel (#QueremosASebastianStan) pero la decisión fue la de usar la técnica de rejuvenecimiento digital, que hay que decirlo, no salió tan bien, aún cuesta acostumbrarnos.
Su entrada fue muy bien elaborada, jugando con la duda hasta el punto final. Desde que apareció el X-wing era obvio de quién se trataba, pero nos hicieron dudar, el guante y el sable fueron definitivos…pero ¿y si no es él? ¿Quién más podía ser?
Fueron minutos de expectativa atizados por la bella banda sonora del ganador del Oscar Ludwig Göransson, y de una muy bien realizada secuencia de acción que finalmente nos permite ver la capacidad de Luke en combate y que a la vez nos da el negativo de la famosa entrada de Darth Vader en Rogue One. Para llegar al momento final, la capucha baja y le vemos el rostro a Mark Hamill interpretando de nuevo al Jedi que dejamos en 1983.
¿Y Baby Grogu?
Ok, vamos a dejarlo claro, así como Disney nunca logró que le llamáramos The Child, nunca van a lograr que deje de ser Baby Yoda. Grogu suena bien, pero nuestros corazones ya lo decidieron. Sigamos.
Grogu ha sido secuestrado por el malvado más malvado de varias franquicias, Giancarlo Esposito en su papel de Moff Gideon, con la intención de sacarle sangre para algo que aún no sabemos. Esto, y estar esposado, ha dejado a Baby Yoda cabizbajo excepto cuando ve a Luke y a Mando.
Din Djarin reúne a un grupo de entusiastas del niño para ejecutar el rescate, y luego de una batalla espacial protagonizada por Bobba Fett a bordo del Slave I contra varios TIE Fighters, de un enfrentamiento de magnífica estrategia militar del equipo femenino compuesto por Bo-Katan, Koska Reeves, Fennec Shand, y Cara Dune contra varios Stormtroopers, y del mismo Mando siendo salvajemente golpeado por un Dark Trooper, llegamos al objetivo.
Tengo que admitir que en varios momentos temí por la vida del pequeño, y es que Gideon es el tipo de personaje que no le importa hacerle daño, y además tiene el Darksaber. Por suerte Djarin logra vencerlo para llevarnos a la escena más emotiva de la historia de la televisión entre un tipo con casco y un muñeco.
¡Dejen de cortar cebollas en un Crucero Imperial!
La llegada de Luke y el rescate de Grogu solo podían significar que nuestro padre soltero favorito tenía que despedirse, y aunque lo veíamos venir no estábamos listos para la emoción que transmiten los ojos del animatronic ni para la brillante actuación de Pedro Pascal.
Durante la temporada han construido los momentos de este episodio, tanto la amenaza que son los Dark Trooper, como la duda de Mando sobre la regla del casco. Otra de las bien logradas relaciones establecidas en la serie es definitivamente la de Grogu y Din, sabemos el cariño que se tienen, la forma en que se ven uno al otro, y lo que el Mandalorian está dispuesto a hacer por su hijo adoptivo.
Por eso, llegar a la despedida fue doloroso en muchos niveles. No solo es la separación de un par que han sostenido la serie sino que es el momento en que vemos lo frágil que puede ser el protagonista. La mano verde de Baby Yoda rogando por verle la cara al que ha sido su padre solo podía ser contestada con el sacrificio absoluto de una vida regida por creencias obsoletas, Din Djarin se quita el casco para ver directamente a los ojos de la criatura más importante para él, y las emociones contenidas por el actor en la pantalla hacen que las nuestras broten en lágrimas y sollozos.
El Futuro de la Galaxia
Varias líneas quedan abiertas luego de este final. Por un lado Moff Gideon sigue con vida y no sabemos nada de su plan, sin embargo logró su cometido de crear una ruptura entre Bo-Katan y Djarin a través del Darksaber. Este elemento crea una nueva dirección para el futuro de la serie.
La historia de este sable de luz es larga y de mucha importancia, tiene un peso dentro de los mandalorianos, y aunque la misma Bo-Katan lo recibió sin luchar de las manos de Sabine, le pertenecía por herencia directa a ella. Igual en esa ocasión las cosas no salieron bien y tal vez es por eso que ahora decide respetar la tradición. Lo que la pone en línea de choque contra Mando que ahora tiene el poder para unir a los clanes.
Luke y Grogu, junto a un más que bienvenido R2-D2, irán a seguir entrenando para desbloquear el potencial durmiente en el pequeño padawan. Puede que esta historia de un salto temporal, puede que volvamos a verle en The Mandalorian, puede que venga otra película sobre esto…el tiempo lo dirá.
Demasiadas preguntas para tener que esperar casi un año para seguir con la tercera temporada que se anunció para diciembre 2021 en el evento de inversionistas de Disney… pero no contábamos con la escena post créditos.
Luego de un cierre sin ilustraciones y con una composición musical diferente, la pantalla se ilumina con el paisaje de Tatooine, el palacio de Jabba the Hutt. En el trono del antiguo jefe del crimen se sienta ahora quien fue su mayordomo, Bib Fortuna, hasta que Fennec entra disparando a la escasa guardia y abriendo camino para Boba Fett quien toma posesión del trono y del palacio luego de matar a Fortuna.
Pantalla a negro y título The Book of Boba Fett. Diciembre 2021. E inicia el debate, puede que esto sea una nueva serie que se han guardado baja la manga o puede que la temporada 3 de The Mandalorian tome la ruta de Avatar y divida sus temporadas en libros y personajes. Lo que sabemos es que queda mucho camino por recorrer en el plan de Lucasfilm, tal como lo anunciaron hace unas semanas.
https://revistayume.com/post/disney-expande-el-universo-de-star-wars
THIS IS THE WAY
El capítulo fue el cierre perfecto a una muy buena temporada. De hecho para muchos es lo mejor del 2020 en general. Es una muestra de cómo hacer las cosas bien al contar una historia, reúna a la gente que le importa el material y permítales trabajar.
Peyton Reed nos dio una gran alegría de ver momentos que soñábamos, al igual que lo hizo Robert Rodríguez en el episodio donde vemos lo genial que imaginamos que era Boba. La dirección es impecable, los aciertos son muchos, desde el manejo de la tensión hasta el tono que se aleja del acostumbrado tinte familiar de la compañía- varios troopers mueren de forma violenta y en cámara-, y los errores como el efecto de la cara de Hamill son menores y perdonables.
Tal vez este era el momento para ponerle un nuevo rostro a Luke, pero el golpe emocional de ver a Hamill –con fallas y todo- es un detalle para amarrarnos, y deja ahora la puerta abierta para poner a otro actor de ser necesario.
Las actuaciones son precisas, de parte de todo el elenco, lo que habla muy bien de la dirección y del casting de Sarah Finn (MCU). Sobresalen Esposito y Pascal con momentos pequeños pero de mucho impacto. ¡Y qué le den un Oscar a Baby Yoda!
Si tuviera que dar calificación a este episodio sería un 10…de 10. Le daría más pero la escala no me lo permite. Las razones son sencillas, es un gran trabajo de todos los departamentos, a la vez es un viaje emocional para los seguidores de la serie y una vuelta a la fe para quienes amamos Star Wars.