Era el año 1962, los cómics representaban un mundo ficticio con una cantidad exagerada de personajes que eran prácticamente seres perfectos, o bien, humanos sin ningún tipo de preocupación más que por su alter ego. Pero Stan Lee y Steve Ditko querían cambiar las cosas. 

Humanos antes que héroes

Stan ya había mostrado su interés por rescatar el lado humano de sus creaciones. Ya que en 1961, tan solo un año atrás, había creado a Los Cuatro Fantásticos, una respuesta inmediata para competir con el éxito de La Liga de la Justicia. 

Lo que los diferenciaba de su competencia era el realismo de los personajes, ya que en vez de ser el equipo perfecto desde su primer número, no había más que discusiones y desacuerdos. Algo que gustó mucho a los lectores. 

Amazing Fantasy #15 presenta a un tal Spider-Man

El gran cambio llegaría en Amazing Fantasy #15, edición que nos presentaría al primer superhéroe adolescente. Peter Parker, el nuevo nombre para el catálogo de Marvel Cómics, reflejaría por mucho la vida de la persona cotidiana. 

La historia comienza con varios compañeros de clase rechazando cualquier tipo de interacción con Peter, ya que es un tanto diferente a ellos. Después de recibir una dosis de comentarios, decide distraerse con una exposición de ciencias sin saber que su vida cambiaría para siempre. 

Por obra del destino, Peter estaba en el lugar y momento correcto para recibir la picadura de una araña radiactiva. Después de salir del laboratorio para tomar un poco de aire, logra esquivar un auto para darse cuenta que está trepando por los muros como si nada. 

Peter descubre que ahora tiene todas las habilidades de una araña, además de súper fuerza. Es por esto que decide hacer uso de sus poderes para beneficio propio y ganar un poco de dinero.

Y en una espectacular secuencia vemos cómo Steve Ditko ilustra el ascenso de Peter tanto en fuerza y habilidades:

Y tanto la fama como el dinero aumentaron tras ese espectáculo de lucha para Peter. Pero, la araña, el traje, los super poderes y los lanza telarañas no eran más que simples adornos para una estrella de televisión y no de un héroe. 

Ya que después de una exhibición de habilidades, Peter no frenó a un ladrón que salió corriendo justo al frente de él. El policía que le perseguía le grita furioso que por qué no lo frenó, simplemente tenía que agarrarlo o hacerlo tropezar por unos segundos. 

A lo que él contestó de manera egoísta que no, ese era su trabajo y que ya está cansado de ser maltratado por los demás y que a partir de ahora cuidaría solo del número uno, él. 

Al pasar los días, Peter regresa a su casa en la que parece ser la noche más calmada en la ciudad de Nueva York, pero más bien, sería la noche que marcaría su vida para siempre. Ya que un policía le informó que un ladrón asesinó a su tío Ben. 

Peter, lleno de furia, decide confrontar al ladrón por sí solo gracias a sus poderes. Y después de llegar al escondite donde se encontraba, decide llenarlo de terror para darse cuenta de algo. 

El ladrón que anteriormente había dejado escapar por su egoísmo hace unas noches , es el mismo que mató a su tío Ben, una de las personas más importantes de su vida. 

 Peter no se vuelve Spider-Man después de la picadura de araña, sino después de entender una lección que se convertiría no solo en su código de vida, sino en todo el significado del personaje:

“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.