Es curioso, muchas de las burlas hoy en día que se hacen a la forma de vida de los llamados “millenials”, no corresponden en realidad a rasgos que se puedan atribuir a esta generación. Además, dichas burlas vienen precisamente de personas que sí pertenecen a la generación “Y” o popularmente conocida como “generación millenial”. Es decir, los millenials acusan de millenials a una generación post-millenial.
Parece que, a los que pertenecemos a la generación Y, (que ya no somos adolescentes, debemos andar por arriba de los 25 años) nos llegó tarde la noción de las generaciones, y nuestra mente cree que los millenials es gente más joven. Esta gente más joven, nacidos en el siglo XXI, en realidad es la generación “Z”, también llamados “centenials”.
Pero bueno, este artículo trata sobre la serie Euphoria, no sobre la importancia sociológica de establecer generaciones. Sin embargo, era apropiado introducir a la generación de la que nos habla la serie. Quitarle ese manto de millenial y entender que estamos viendo estereotipos actuales, de un grupo de adolescentes que no conocieron el siglo XX y que crecieron con el internet en sus manos.
Complejidades de una era digitalizada
Algunos podrán pensar que Euphoria es solo otra serie para adolescentes que trata sobre los trillados temas ya vistos. Y es cierto, Euphoria sí es una serie sobre adolescentes y puede llamar la atención del espectador joven. Pero las problemáticas de sus personajes no son las mismas que hace 20 años.
Y es que hoy en día es mas complejo conocer a las personas, ya no se trata solo de salir con amigos a fiestas o al mall, ahora nuestros amigos están más cercanos por medio de las redes sociales y la mensajería instantánea, pasamos mas tiempo hablando con ellos por medios virtuales que cara a cara, y esto trae como consecuencia que tengamos hasta cierto punto una doble vida.
Euphoria no construye su eje sobre la tesis de la complejidad de la comunicación distorsionada que nos proveen las redes sociales, eso sería descaradamente didáctico. Pero si construye personajes que viven en ese contexto, y que los problemas que tienen, van necesariamente ligados a todo el contenido digital con el que interactúan y producen.
Realismo psicológico
Un aspecto medular que se destaca de la serie es su estética. Todo ese colorido de luces de neón, los contrastes en la iluminación y esa cámara flotante con movimientos erráticos, son puntos para distinguir a Euphoria de otros productos. Tomando prestado de la esencia del video clip musical por momentos, hasta llegar a mostrarnos una atmósfera psicodélica, la serie nos empapa de un realismo psicológico propio de los adolescentes actuales. Su creador deja de lado la estética sobria y realista sin intención de que su discurso parezca menos serio. No es que se está romantizando el ser drogadicto, o ser un agresor, la serie está lejos de buscar que los jóvenes espectadores anhelen tener un mundo lleno de neón y escarcha en los ojos, aunque el precio sea hacerse adicto a las drogas.
El acierto de Euphoria de hecho está, en mostrarnos la visión mental idealizada y estilizada que tienen los jóvenes del mundo. Hay que ser claros, a los 16 años es normal que evitemos todo lo que nos parezca feo y poco “cool”, y tratamos de rodearnos de lo que nos parece agradable, desde la ropa que usamos, hasta la forma en que pintamos nuestra habitación. Y algo muy característico de la expresión de la juventud hoy en día es, la manifestación de las formas y colores volátiles, brillantes y fosforescentes. El mundo real no es como nos lo presenta Euphoria, pero el mundo mental de los jóvenes si se acerca a él, o, mejor dicho, Euphoria busca reproducirlo.
No se trata de que los jóvenes vean todo como si de una película de Gaspar Noé se tratase, pero si que sus sensaciones de júbilo, pertenencia y euforia, van ligadas a una percepción estilizada del mundo que los rodea. Y la mejor forma de darse cuenta de esto es observando de que color es su cabello hoy en día, como es su maquillaje y como son los ambientes de sus fiestas.
Euforia
Se ha alargado este texto y prácticamente no comentamos de forma puntual sobre el argumento de la serie, ni hemos mencionado el nombre de ninguno de sus personajes. Pero es valioso enmarcar este producto televisivo como un buen representante de la generación actual. Y levantar la mano para argumentar, que su aparente embriaguez de estética y la mezcla de piezas musicales heterogéneas, no son signo de ligereza en su contenido y discurso, al contrario, nos acercan más al estado psicológico de los personajes y nos ayuda a comprender con ellos, que no vamos a poder ayudarlos si nuestro mundo realista es pasco y sin brillo.