Game of Thrones: lo bueno y lo malo de la temporada 8

Game of Thrones: lo bueno y lo malo de la temporada 8 Game of Thrones: lo bueno y lo malo de la temporada 8

Uno de los eventos televisivos más esperados del año nos dejó hace poco con reacciones de todo tipo.

Muchos esperaban está temporada con ganas de ver resueltas sus líneas favoritas de la trama o que nos sorprendieran con algo inesperado al mejor estilo de George R.R. Martin.

Al final muchos salieron decepcionados de la resolución por no ver sus expectativas cumplidas, mientras que otros están satisfechos al ver la temporada en perspectiva con el resto del show.

Lo cierto es que no se le puede quedar bien a todo el mundo, siempre habrá quien se quedó esperando la revelación de quien es el moderno Azor Ahai, a pesar de que esta leyenda no se mencionó en el show.

En la presente nota repasamos,  algunos de los aciertos y desaciertos de la temporada.

Sin más que agregar, ¡empezamos!

Lo malo

El tiempo

El tiempo le jugó una mala pasada a todos, con la limitante de sólo 6 episodios para concluir la historia, la mayoría de la temporada se sintió apresurada y con el propósito de cerrar muchos de los hilos de la historia, mucho de lo que hace a la serie tan interesante fue relegado para dar paso a grandes escenas y puntos de la trama más importantes.

The Long Night

Muchos espectadores quedaron insatisfechos cuando en uno de los episodios más importantes era casi imposible ver lo que sucedía (aunque esto no fuera culpa de la fotografía de la serie).

Los hilos de personajes que no tuvieron seguimiento. Realmente unos de los puntos que molestó a la audiencia fue ver a Bran llegar al trono sin tener participación alguna en los eventos a su alrededor. Si tan sólo Bran se hubiera involucrado más en la historia su final no sería tan incomodo para muchos.

De forma similar, Cersei tuvo una participación mínima en la temporada y su final se sintió forzado y poco merecido considerando la rica historia que tiene el personaje.

Las profecías no tuvieron resolución

Una de las cosas que llama mucho la atención de los fans son las profecías que surgieron a lo largo de la serie. Pues nos permiten especular sobre los eventos por venir. Si bien es cierto que las profecías nunca tuvieron mayor relevancia, el show nunca fue extraño a incluir eventos mágicos, pero al final las profecías fueron un punto sin resolver.

Lo bueno

Los aspectos técnicos

Una de las cosas que podemos rescatar de la serie en su totalidad es como impulsó los aspectos técnicos de las producciones en la pantalla chica. La cinematografía, diseño de producción, vestuario y muchas otros departamentos que dieron vida a Westeros y sus habitantes de una forma que hace unos años solo podíamos ver en las grandes producciones del cine.

Y siguiendo con lo técnico…

La música

Esta temporada atinó casi al cien por ciento en el ambiente y la música. De la mano del compositor Ramin Djawadi se logró darle vida o agregarle tensión a muchas de las escenas de esta temporada. Un trabajo excepcional.

Y por supuesto,

¡Cleganebowl!

Uno de los momentos más esperados de la serie cumplió con las expectativas de la gente. Los hermanos Clegane tuvieron su propio final en una batalla épica que sólo podía acabar de una manera.

¿Y qué podemos decir de ese final?

Pues con una conclusión un tanto escueta debido al poco tiempo que se tuvo para desarrollar todas las tramas hasta aquí, realmente el final de la serie lo que nos deja es con ganas de más. Más tiempo, más episodios, más temporadas, más libros… Sabemos que la serie tenía que llegar a su final, pero no podemos evitar pensar qué hubiera sido de esta temporada si tuviéramos un poquito más.

Redacción

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