¡CAPITULAZO! Tal como lo señaló nuestro editor Alejandro Amador en su vídeo reseña, cualquier expresión se queda corta para poder describir el final de la sexta temporada de Game of Thrones.
De la mano de Miguel Sapochnik, director responsable también del capítulo pasado, nos adentramos a los 69 minutos mejor aprovechados de toda la serie, cautivantes y electrizantes de principio a fin.
¿Quién no se emocionó cuando en los créditos iniciales surgía Invernalia nuevamente con el estandarte Stark?
A través de las notas de una banda sonora protagonista durante todo el capítulo y que fue tanto magnífica como inquietante, además de algo inusual para la serie, la secuencia inicial narrada en el Desembarco del Rey se vuelve poesía, poesía que va en crescendo hasta convertirse en fuego, destrucción y venganza. Justicia poética para una Cersei más desatada y loca que nunca, Lena Headey no decepciona, su actuación es digna de un Emmy.
Es un adiós a un buen puñado de personajes. El Gorrión Supremo se ciega, confiado en su triunfo al ver a la realeza humillada bajo sus pies, acto retratado en la conversión y humillación de Loras Tyrell. No logra ver lo que la Reina Margaery sí, esta brillante y hermosa joven lo sospecha: Cersei tiene algo entre manos, ni ella ni su adorado hijo están en el recinto. Esperando traer a la Reina Madre al Septo de Baelor, el Gorrión manda al hermano Lancel, a su fatídico final a manos de uno de los «pajaritos» de Qyburn. Y es que estos niños desamparados han sido el arma invisible en los planes de Cersei, primero confirmando rumores y luego como asesinos a sangre fría, acabando con la vida del molesto Maestre Pycelle. No por nada episodios atrás escuchábamos a varios personajes hablar sobre que en tiempos del Rey Aerys «El loco» este había mandado a ocultar fuego valyrio debajo del todo el Desembarco incluido el Septo de Baelor. El rumor era cierto y el septo voló junto a gorriones, rosas, leones y demás gente sin importancia. Por cierto cabe señalar que, aquel atisbo de visión de Bran sobre una explosión de fuego valyrio, corresponde.
Pero la venganza de Cersei no queda ahí, si se ha puesto atención en el septo no estaba la insufrible septa Unella, la cual por primera vez vemos vulnerable pero decidida a morir por su fe a manos de la, en esos momentos Reina Regente. El desdén y desprecio de Cersei son calcinantes, lo sardónico de sus palabras mezcladas con el hecho de que deja a la septa a merced de la Montaña «zombi», denotan odio acumulado durante todo este tiempo y que al fin ha liberado, dentro de la celda de Unella.
-«No confío en tí no por ser mujer, si no por que te crees más inteligente de lo que eres»- le dijo su padre tiempo atrás. Cersei ha subestimado el amor que siente Tommen por Margaery y se le ha escapado el hecho de que el ñiño rey podría reaccionar de la forma más terrible ante la pérdida de su amada. Así no más, a secas vemos como a través de uno de los ventanales de la Fortaleza Roja el menor de los Baratheon ( Lannister) se quita la vida, sellando la profesía de Maggy » la rana», dónde se le decía a Cersei que tendría tres hijos cuyas coronas y mortajas serían de oro. Cersei ahora es la Reina, su coronación ha llegado al ser la viuda sin hijos, de Robert Baratheon, pero no se ve feliz, su hermano Jaime recién llegado de la Tierra de los Ríos tampoco lo está, quizás por que ha reconocido en la mirada de su hermana la locura del Rey Loco, el cual asesinó, para salvar de la llamas a la ciudad.
Cersei no puede anticipar el suicido de Tommen, así como no es capaz de vislumbrar el hecho que con sus actos acaba de terminar de echarse encima a los pocos aliados poderosos que tenía.
Nos trasladamos a Dorne, donde parece que ha pasado el tiempo suficiente para que todos se enteren de lo sucedido en el Desembarco y Olenna Tyrell haya accedido a visitar a Ellaria y a sus Serpientes de Arena. La matriarca Tyrell, cuyo genio no se ve mermado por la pérdida de su familia, pone en su lugar al trío de mocosas, que a mi parecer entre menos líneas digan, más aportan a la historia. Ellaria le da una oportunidad que no podrá rechazar, venganza, de la mano de por el momento caballo ganador: Daenerys Targaryen. Varys cumpliendo su cometido gana dos poderosas casas ponientis para la causa de la Reina Dragón.
Y es en lejano Meereen donde Daenerys hace los preparativos, para de una vez por todas ir por Poniente. Le notifica a Daario que el no la seguirá en su empresa ya que es necesario que alguien se quede ahí para mantener el orden que tanto ha costado conseguir, además, un amante no es conveniente ya que una de las formas de establecer alianzas es el matrimonio. Se nota que a Dany no le duele la despedida, tal como se lo dice a Tyrion en la siguiente escena, que es por lo mucho la mejor de ellos dos en esta temporada. Dany reconoce tener miedo, pero le aterroriza más su frialdad, Tyrion está para recordarle que debe de ser diferente a su padre si no quiere terminar en la desgracia. Realmente conmueve el nombramiento de Tyrion como Mano de la Reina, anteriormente el nunca quiso ser la Mano de Joffrey, pero desde hace mucho tiempo necesitaba alguien en que creer, y sobre todo alguien quien creyera en él.
No sabemos más de Dany y compañía hasta el final del episodio, donde se ve como la flota naval comprendida por barcos Targaryen (anteriormente de los Amos), Greyjoy, Tyrell y de Dorne ( la supuesta teletransportación de Varys no es más que un lapsus temporal donde quizás las naves ponientis se toparon con las Targaryen y Greyjoy en cierto punto del trayecto, Brayan Cogman uno de los guionistas lo explica aquí) transportan al ejército mas diverso nunca visto. Que se cuide Cersei porque la reina más joven y bella de la profecía no desapareció con la Rosa en la explosión del Septo de Baelor. Esa reina viene en barco y respaldada por tres poderosas mujeres que al igual que ella claman por lo que les fue arrebatado, claman por venganza.
Este capítulo fué tan eficiente que incluso se pudo ver a Sam y Gilly llegar a la magnífica Antigua, al mismo tiempo que los cuervos blancos salian de la Ciudadela para anunciar el cambio de estación. Con la muerte del Maestre Aemon, la comunicación entre la Guardia de la Noche y la Orden de Maestres prácticamente es nula. Bueno, por eso Sam está ahí, y tal cual devorador de libros es, pasa por una especie de experiencia extrasensorial cuando se le es permitido visitar la biblioteca de lugar. Si ponemos atención vemos como el astrolabio de los créditos iniciales se encuentra en medio de recinto, para el deleite de Sam y de todos nosotros.
En la Tierras de los Ríos, los Frey están de fiesta, gracias a la acción de Jaime y su ejército recuperaron Aguasdulces. Jaime, después de una jocosa conversación con Bronn que no deja de recordarle su predilección por la mujeres bien rubias, como su hermana, cruza palabras con Walder Frey, el infame padre de la Casa Frey, que trata por todos lo medios de rebajarlo a su nivel. Mozas van y mozas vienen, solo una moza los observa y simplemente sonríe.
Ya con Jaime en la capital, los Frey vuelven a su cotidiano vivir. Walder en el comedor le pregunta a la moza (aquella que no dejaba de sonreir y mirar), dónde están sus hijos. Un escalofrío pasa por el espinazo, la moza sigue sonriendo- «Sus hijos está aquí mi Lord»- hace una ademán hacia el plato… los retoños Frey se han convertido en pastel, bella referencia a los libros, me permito a decir. Esa moza no es nadie más que Arya, quien ha aprendido a cambiar de rostro y que ejecuta su justicia poética, degollando la decrépito patriarca Frey, tal como uno de sus hijos lo hizo con su madre dos temporadas atrás. ¿Arya liberará a su tío Edmure de los calabozos? ¿Se encontrará con la Hermandad, Sandor, Brienne o Melisandre que va camino al sur?
Y es que a Melisandre no le quedó de otra que acatar las órdenes de Jon. Davos la increpa por la muerte de Shireen y a ella no le queda más que confesar su crimen. Jon le ordena viajar al sur y aunque ella le advierte que le puede ser muy útil para la guerra que se avecina contra los Otros, queda claro que es eso o su muerte. A mí me parece que en algún momento estos tres se volverán a ver.
Es después de que Jon despide a la Mujer Roja, cuando vuelve a hablar con su hermana Sansa. Las dudas sobre la Stark se disipan, por el momento, mientras el la reconoce como Señora de Invernalia ella le responde que para ella el es un Stark y es el merecedor el título. Jon sabe que deben de ser mas unidos que nunca. Sansa reconoce que no tuvo que ocultarle la verdad sobre los caballeros del Valle. -«El que confía en Meñique es un tonto»-. Sansa y Jon se aman, pero ella ahora tiene un poco de Meñique en su enfoque, es intrigante ahora y probablemente siempre lo será.
En la siguiente escena que se ve a Sansa, es en el Bosque de los Dioses, dónde aparece Meñique para cobrar la ayuda de los caballeros del Valle . Ya sabemos, él quiere el Trono de Hierro de la mano de la Stark, pero ella lo rechaza, sin embargo la semilla de la duda queda en Sansa, y en el espectador también. Por mucho que ella no confíe en Meñique, las cosas que él le dice siempre van a resonar un poco, por lo que existe la posibilidad de que si tiene la oportunidad de conseguir el Trono de Hierro, lo tomará.
En los limites del Muro, en la parte norte claro está, Bran y Meera terminan su viaje con el Tío Manosfrías- Bejen, él no puede atravesar el muro pues éste tiene además de hielo, hechizos y conjuros, sin embargo seguirá haciendo su parte en la guerra contra los Otros. Bran es el nuevo Cuervo de Tres Ojos, lo cual le hace capaz de conectarse con las visiones a través de su red de arcianos.
Con uno de estos enigmáticos arboles a su alcance, regresa a la visión de la Torre de la Alegría justo donde el antiguo Cuervo había le interrumpido capítulos atrás. Es a través de los ojos de Bran que satisfactoriamente se semi-revela – lo que, muchos fans han predicho desde hace años – que Jon es un Stark / Targaryen. No estoy segura de por qué no podíamos oír los susurros de Lyanna en su totalidad, pero se insinúa que Jon es hijo de Rhaegar (con Lyanna ahora confirmada como su madre). El icónico-«Promételo Ned»- no es otra cosa mas que la plegaria de Lyanna al borde de la muerte, para que protegiera al niño, del odio de Robert, quien quería matar a todos los Tagaryen de la tierra para terminar su línea de sangre. ¿Logrará Bran contar lo visto a Jon o a alguien más?
La escena de transición entre el rostro del bebé Jon y Jon adulto en la sala de Invernalia simplemente no tiene precio. Después del debatir de los señores norteños sobre el futuro de la región, la presencia de salvajes y la amenaza de los Otros, la diminuta pero totalmente «badass» Lady Mormont toma la palabra y da quizás uno de los discursos más emblemáticos de toda la serie:
“Su hijo fue masacrado en la ‘Boda roja’, Lord Manderly, pero usted se negó al llamado. Usted juró lealtad a la casa Stark, Lord Glover, pero en su momento de mayor necesidad, se negó al llamado. Y usted, Lord Cerwyn, su padre fue desollavo vivo por Ramsay Bolton y aún así se negó al llamado, pero la Casa Mormont no olvida. El Norte no olvida. No conocemos más que a un rey que el Rey en el Norte, cuyo nombre es Stark. No me importa si es un bastardo. La sangre de Ned Stark corre por sus venas. Él es mi rey desde este día hasta el último día”
Sí, era difícil no tener sentimientos de agitación cuando todos los señores levantaron sus espadas para Jon. El lobo blanco de Invernalia. Todos felices menos Meñique, quien cruzó miradas con Sansa y nuevamente dejó en ascuas lo que ha de ser el futuro de los Stark para la siguiente temporada. Mientras tanto THE KING IN THE NORTH!
En resumen este capítulo deja a los fanáticos, con un sentimiento de satisfacción y a la vez de inquietud. ¿Nos han regalado un final de temporada relativamente esperanzador, para luego reventarnos el desastre que se avecina con en la séptima entrega? Algo sí tenemos seguro «El Invierno ya está aquí».