Un pasatiempo de una década se convierte en verdaderas obras de arte.

Pinturas, aerógrafo, pinceles, dremel, herramientas de esculpir, estireno, cautín de soldar (no pueden faltar las quemaduras). Estas son las herramientas que Stefan Broutin, un informático costarricense de 36 años, utiliza para realizar su arte.

Stefan tiene más de 10 años de personalizar figuras por pasatiempo. Su primer acercamiento a este arte se dio cuando decidió modificar unos juguetes de Dragon Ball. «Casi que fue prueba y error, pero me salieron técnicas simpáticas. Un par de años después, cuando ya coleccionaba figuras propiamente, comencé a recibir figuras con las que no estaba muy contento con su acabado, así que decidí irles metiendo mano también. Como me iban quedando mejor, comencé a buscar en internet foros y truquillos»

Cada pieza que personaliza le tarda un par de meses, pues el proceso es lento y requiere de periodos de espera entre procesos. Uno de sus primeros trabajos fue hacer un Shazam tomando como base una figura de Superman de Justice League Animated. No olvidemos que Shazam fue uno de los mayores competidores de Superman, allá en la épica en la que aún se llamaba «Captain Marvel», cuando ambos superhéroes pertenecían a compañías distintas que luchaban por la misma audiencia, por lo que su parecido físico probablemente permitió una transformación más sencilla entre la figura original y el custom. Con los años Stefan siguió realizando modificaciones de DC y Marvel, siempre acudiendo a foros para continuar aprendiendo nuevas y mejores técnicas.

Varios de los customs de Stefan son transformers. Los desarma completamente para pintarlos pieza por pieza con pintura metálica, dándoles acabados automotrices e incluyéndoles leds para iluminar los ojos. Su colección; el antes y el después de sus distintas piezas, hablan por sí solas.

Por Alejando Amador