“The Death of Michael Corleone” es el título con el cual Francis Ford Coppola vuelve a traer a la vida su cinta estrenada en 1990 “The Godfather part III” la cual para muchos de los aficionados la historia original supuso un final irregular a una de las representaciones más exitosas de la mafia italioamericana en el cine.
Siendo completamente infravalorada ante sus antecesoras, las cuales con los años han ganado un estatus de “obras maestras”, Coppola se ha puesto nueva mente en el papel de orquestador en un corte de un “Director’s Cut”. Una labor a la que ya estaría acostumbrado, y que ha llevado a cabo en “Apocalypse Now”, cuya “Redux”, se encuentra actualmente disponible en Netflix.
Una de las mayores críticas a las cuales se enfrentaría la cinta original, de acuerdo a como lo señalaría Rotten Tomatoes, serían sus “decepcionantes actuaciones y una tonalidad confusa”. Estas descripciones harían énfasis en la aparición de Sofía Coppola en el papel de Mary Corleone, la hija de Michael (Al Pacino).
Cabe mencionar que Coppola y Mario Puzo, autor de la novela en la que se basó la trilogía, tenían como intención que la tercera entrega fuese una verdadera consumación a las dos cintas anteriores. Mientras tanto, Paramount entendió en las intenciones del dúo que la película debería ser un “gran final” que dejase en el espectador una suerte de “florecimiento”. Esta disparidad habría llevado al decepciónate resultado final en la cinta original.
Realmente no se hace un verdadero cambio en las actuaciones de sus personajes, pero se logra hacer que la cinta agregue más tención entre sus personajes al recortar la acción en pantalla. En comparación a los 167 minutos de la original, “Coda” cuenta con una duración de 157. Diez minutos no es mucho para alterarla de manera irreconocible, pero si ayuda a agilizar algunas de sus secuencias.
Este nuevo corte al fin logra establecer una tonalidad con la que el espectador puede identificar fácilmente su conflicto central, ofreciendo un aura conmovedora, similar a la de una elegía eclesiástica. El espectador logra sentir el sufrimiento de Michael y su intensa necesidad de expiación al sentirse atormentado por sus pecados en el pasado y sobre todo, el asesinato de Fredo.
Además, conforme la película avanza se establece que este nuevo título no representa la “muerte literal” de “Michael Corleone”. Esta muerte es una en un nivel espiritual tras la pérdida de su hija y ver sus oportunidades de redención siendo completamente negadas.
Alterando la secuencia inicial en el Lago Tahoe, Coppola opta por comenzar el relato al mostrar la reunión de Michael con el arzobispo Gilday (Donald Donnelly), alterando la tonalidad de la cinta hacia la búsqueda del perdón, contrastando con la frase “Esa es mi familia, Kay” en la primera entrega de la trilogía, elevando la falsa ilusión de redención para el personaje.
"The Death of Michael Corleone” continúa siendo “The Godfather part III”, la actuación de Coppola y la ausencia de Robert Duvall, por considerar algunos de sus elementos, siguen presentes. Pero este nuevo corte representa lo que un “director’s cut” debería ser.
Sin alterar drásticamente su contenido, cumple su objetivo de reorganizar la visión de su realizador, otorgándole a la cinta esta redención que le habría sido negada a Michael Corleone y que por fin le ha sido otorgada a Francis Ford Coppola, guiando a la saga una conclusión más satisfactoria.
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