¿Referencias o influencias? Es inevitable recordar alguno que otro cuento de Poe, o a “La Cosa” de Carpenter, la tragedia de los Andes, y lo más obvio “En las montañas de la locura” de Lovecraft. Terror primigenio en todos los casos. Ese miedo a morir congelado, morir asesinado, morir de hambre, estar desprotegido en un ambiente inhóspito a merced de cualquier criatura. Entonces sí, esto es una serie de terror.

La clave del éxito en este caso, son dos aspectos: las sobresalientes actuaciones, y la narrativa. Esta última se toma su tiempo, no se apresura en los primeros capítulos a contar de que va la historia, cocina a fuego lento (quizá una expresión más apropiada sea “congela poco a poco hasta los huesos”) la desesperación de los exploradores, caracterizándolos, y haciendo que, apenas en diez capítulos sepamos de donde vienen y cuáles son sus intenciones, lo cual hace luego coherente su desenvolvimiento en los acontecimientos posteriores.

Por último, no se puede dejar de resaltar el diseño de producción, hermoso y cruel. Frío y terrorífico definitivamente. Al punto de que se siente como que los pies se empiezan a poner helados. Toda una experiencia. Hasta el momento, una de las mejores temporadas del año.