¿Quién no ha leído o al menos, escuchado mencionar el famoso libro El Principito? Su autor, Antoine de Saint-Exupéry, desapareció un día como hoy, 31 de julio, del año 1944.
Nacido en Lyon, Francia, en 1900, Exupéry fue un escritor y aviador, pilotando primero para Aeropostale, y también durante la Segunda Guerra Mundial.
Pese a ser conocido por El Principito, Antoine escribió otras obras, algunas basadas en su experiencia como piloto. Entre su bibliografía tenemos: El Aviador (1926), Correo del Sur (1929), Vuelo nocturno (1930), Tierra de Hombres (1939) , Piloto de Guerra (1942), El Principito (1943) y Ciudadela (1948), que contiene sus notas inéditas hasta 1944.
Tierra de Hombres fue escrito luego de su accidente en el Sahara, durante la época en la que trabajaba para Aeropostale. El accidente lo sufrió mientras trataba de batir el récord de tiempo de París a Saigón. El y su compañero pasaron cuatro días en el desierto, solo con uvas, dos naranjas y un poco de vino.
Este libro le dio el premio de Novela de la Academia Francesa.
En Piloto de Guerra, Exúpery narra su experiencia como piloto de avión de reconocimiento, durante la Batalla de Francia en 1940.
Su desaparición
El 31 de julio de 1944, Antoine de Saint-Exupéry salió en una misión de reconocimiento para recoger información acerca de los movimientos de las tropas alemanas del valle Ródano y alrededores.
Antes de emprender vuelo, el aviador dejó una nota en su escritorio, que decía: «Si soy derribado no lo lamentaré. La termitera futura me espanta y odio su virtud de robots. Yo estaba hecho para ser jardinero».
El avión despegó a las 8:45 a.m., y tenía 6 horas de autonomía de vuelo. Al ser las 2:40 de la tarde, se reporta como desaparecido.
Por muchos años, su destino fue un misterio. Hasta que en 1998 un pescador encontró, en los alrededores de la isla de Riou, una pulsera con el nombre del escritor y de su esposa, Consuelo Sunsín.
En el 2000, un buzo encontró restos de un avión P-38 Lightning (mismo que pilotaba Exupéry), resto que fueron recuperados en 2003, y en el año 2004 se confirmó que el avión era el pilotado por Antoine.
En el 2008, el piloto alemán Horst Rippert (con 86 años, 64 años después de la desaparición de Exupéry) declaró haber atacado y hecho caer el avión de Exupéry.
Después de seguirlo me dije: chaval, si no te largas, te acribillo. Piqué en su dirección y disparé, no contra el fuselaje sino contra las alas. Le dí. El zinc se estropeó. Derecho al agua. Se estrelló en el mar. Nadie saltó. El piloto, yo no lo vi. Me enteré unos días después que era Saint-Exupéry. He esperado, y espero todavía, que no fuera él.
Sin embargo, en los resto del avión no se encontraron agujeros de bala, por lo que muchas personas creen que esta declaración no es cierta. Algunos incluso piensan que Exupéry se suicidó, ya que reportes de testigos indican que volaba demasiado bajo.
Lo que si podemos afirmar, es que el legado de Antoine de Saint-Exupéry no se perdió con su desaparición durante la Guerra, por el contrario, continúa vigente, enseñándonos, como en las frases de su libro más conocido, que «lo esencial es invisible a los ojos».
“Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”.
Antoine de Saint-Exúpery