Ghostbusters, o los Caza Fantasmas, es una poderosa creación que nace rotundamente en los años 80’s gracias a Iván Reitman como director y de guionistas a Dan Aykroyd y Harold Ramis. De la puesta en escena para esa época, era toda una obra visual en términos de iniciativa y creatividad, dando como resultado una franquicia que combina ciencia ficción, comedia y hasta terror. Por sí sola, es una amalgama de película que se disfruta de principio a fin y que generó fieles seguidores al pasar los años y que aún hoy en día existen series, videojuegos, juegos de mesa, figuras de acción, cómics y hasta grupos de fans por todo el mundo. Gracias a esas dos entregas en el cine y es ahora toda una figura de la cultura pop.

Su contexto está en un grupo de para-psicólogos que son expulsados de la Universidad de New York, ya que se les culpa de estafar a la gente con el pretexto de que suceden cosas paranormales. No teniendo trabajo y expulsados de la institución donde les negaron una beca para investigación, aquí se impulsan a crear su propio negocio para dar servicios y solución contra fantasmas, entidades de otras dimensiones y casos de actividad paranormal nombrándose a sí mismos como los Cazas Fantasmas.

Con una empresa ya establecida y una gran deuda que costear por su inversión inicial, aquí es donde comienzan a publicitarse con propaganda en televisión y periódicos para que los contraten en caso de situaciones paranormales. Al inicio solo los llaman por problemas menores y nada fuera de lo común, pero para beneficio de ellos, extrañamente en la ciudad comienzan a suceder cosas extrañas de forma consecuente. Este fue el impulso necesario para que nuestros cazadores tomen fama y popularidad entre la problemática, pero tampoco será nada grato ya que vendrán cosas peores y enfrentar a los fantasmas será todo un reto.

Es inevitable no pensar en la capacitación que estos poseen, ya que como dato interesante son ellos los que fabrican su propio equipo basado en tecnología nuclear y protónica pero nunca puesto a prueba hasta el momento de su uso. Esto nos hace pensar que realmente el mayor peligro no son los fantasmas y entidades en sí , si no ellos mismos con el uso inadecuado de su equipo, llegando a provocar en el futuro destrozos en grandes magnitudes.

Para suerte, siendo ellos mismos los que finalmente solucionen sus problemas. Algo así como prueba y error sin que humanamente alguien sepa lo que ellos hacen. Aquí es donde un personaje llamado Walter Peck, catalogado como un villano en la película por cuestionar el modus operandi de nuestros Caza Fantasmas, nos hace recapacitar en que tan inestable realmente es el negocio de estos personajes y por ello quiere inspeccionarlos para ver si son capaces de operar bajo estándares correctos en salubridad.

Aunque eso anterior es fácilmente pasado por alto por algunos espectadores, provocándonos el desinterés que mostraríamos al estar frente a un negocio como este enfrentado aberraciones del otro mundo, nada que nos importe mucho. Pero en realidad esto es lo gracioso de la película donde vemos a sagaces e intrépidos científicos dar todo de sí para defendernos de las fuerzas oscuras que nos quieran gobernar y protegiendo a la ciudad. Ellos al menos son capaces de cargar con ese peso, aunque siempre andan cortos de dinero por mantener sus herramientas de trabajo y costear las reparaciones de encuentro con fantasmas y bestias en sus batallas. Al menos tienen el cariño de la gente.

Es increíble saber que por ejemplo el logo creado para los Caza Fantasmas sea reconocido en prácticamente todo el mundo y sea tan famoso como los de Coca-Cola o Mc Donald’s, haciéndonos saber que el poder de la franquicia tiene muchísimo potencial sobre sus seguidores. De hecho, no solo siguieron sus películas, sino que también su caricatura llamada The Real Ghostbusters de la cual crearon muchísimos productos y juguetes que aún hoy generan nostalgia.

También los que vimos la película La Máscara de Jim Carrie, si notamos bien el taller mecánico que este usa es el mismo parqueo de bomberos que usan los Cazas Fantasmas con sede en sus primeras entregas. Harold Ramis (qué en paz descanse) no tenía intención de actuar en la película, solo de escribirla. Sin embargo, decidió interpretar al Dr. Egon Spengler cuando pensó que él era la persona indicada para el papel.

Mucho se disfrutó en los viejos tiempos con esta gran franquicia que aun hoy mantiene fieles seguidores y que lamentablemente parece que no se les va a respetar el honor de la antigua saga, ya que Sony produce una nueva película a estrenarse este 2016 en forma de reboot y secuela con mujeres y el género de la comedia. El tráiler puede parecer una simple bobedad, pero queda a criterio de cada uno ver al final la película.

Al menos esperemos que se haga lo mejor posible para que luego hablemos de ésta película por las buenas, aunque nada nos detiene a seguir aprovechando las maravillas de una franquicia tan pintoresca y llamativa como lo es The GhostBusters. Armados hasta los dientes con sus protón packs, neutrinos y trampas fantasmales al mejor sonido de la sirena del Ecto-1; será todo un privilegio volver a verlos en su regreso y con sus 30 años a la espalda.

Por Gabriel Rodríguez