Después de 80 años de espera, finalmente Hachiko se ha reunido con su dueño.
Hachiko es todo un ícono en Japón. Lo que lo convirtió en tal fue la fidelidad que mostró ante su amo. Aunque Hachiko no supo que este murió cuando iba a trabajar debido a un derrame cerebral, lo esperó por más de 9 años hasta que falleció de vejez.
Hoy, una estatua en honor a Hachiko puede ser encontrada en la Estación de Shibuya; aunque a muchos esto les deje un sabor agridulce al conocer su historia, esta semana por fin Hachiko se reunió con su dueño.
Para inmortalizar el momento, una estatua ha sido esculpida, mostrando a Hachiko brincando de felicidad y a su dueño recibiéndolo con los brazos abiertos.
Aunque Hachiko es todo un ícono para la sociedad japonesa, su amo Hidesaburo Ueno también destacó en la sociedad. Ueno fue un profesor en la Universidad de Toyko por más de 20 años y catedrático en ingeniería agrícola. Lastimosamente, en una de sus lecturas fue cuando vio sus últimos momentos.
Este año marca el nonagésimo aniversario de la muerte de Ueno y el octogésimo de Hachiko, y aunque la espera fue larga y dolorosa, por fin están reunidos.
Bienvenido a casa, Hachiko.
Por Daniel Zúñiga