No podíamos cerrar este especial de terror del mes de octubre sin hablar de nuestro consentido literato: Edgar Allan Poe. Autor reconocido de la literatura gótica y de terror, así como uno de los mayores exponentes del relato corto y del Romanticismo.

En sus obras predominan los elementos sobrenaturales como una explicación “lógica” del mundo que lo rodea, el juego con las emociones y los pensamientos de sus personajes y sus narradores, los cuales  en su mayoría son protagonistas. Esto no es gratuito ya que es el elemento clave que integra la psicología – ambiente de los textos.

Por supuesto, que no podemos dejar de lado los elementos del Romanticismo que enmarcan la obra de nuestro dedicado especial: la literatura gótica, el culto a la muerte y el amor imposible e inalcanzable de la mujer; tópicos propios del movimiento artístico.

En estos últimos aspectos surge la inquietud de nuestro especial. Mucho se habla de Allan Poe, pero y qué pasa con las figuras femeninas que crea, cómo se relacionan con su entorno gótico y cuál es la posición de la mujer en sus cuentos…

Hay cuatro cuentos particulares, cada uno de ellos lleva por título el nombre de una mujer: Morella, Ligeia, Berenice y Eleonora, a los que podríamos categorizar como “el cuarteto que analiza la muerte de mujeres hermosas…”  En ellos hay dos tópicos románticos: muerte y mujeres, sin embargo, ambos temas son magníficamente entrelazados para crear ese ambiente de “terror” tan propio en Edgar Allan Poe.

Pensaremos en este punto ¿Cuál es la novedad en historias del Romanticismo en donde mueren mujeres cuyo amor es inalcanzable…? Simple, Edgar Allan Poe las convierte en las protagonistas de sus cuentos, aún con narradores protagonistas masculinos; narradores pasivos que son arrastrados a la locura y al ambiente gótico por la presencia poderosa de la mujer, su influencia sobrenatural y su “vida más allá de la muerte”

El terror que caracteriza la obra de este autor no es el implantado por criaturas extrañas, monstruos imaginarios o presencias demoniacas. Los elementos terroríficos se dan en situaciones cotidianas que se van llenando de misticismo y suspenso, es el mismo mundo del narrador en donde hay elementos sobrenaturales, que parecieran no ser cuestionados, pero sí son los que llenan de terror y suspenso el ambiente.

Parte de esa construcción son las figuras femeninas creadas en sus cuentos. Ellas no son las féminas tradicionales del siglo XIX. Son hermosas ante los ojos de su creador y sus protagonistas por tres razones básicas: belleza física – intelecto – espiritualidad.

Son mujeres “sobrenaturales” porque son concebidas a partir de su intelectualidad y su belleza espiritual, el conocimiento científico, metafísico, la erudición filosófica. A Morella, Ligeia, Berenice y Eleonora las mueve la investigación, la literatura, la sabiduría y su poder espiritual.

Entramos aquí en el tópico mujer ángel / mujer demonio o más conocido como “la femme fatale”. En Ligeia, por ejemplo, el narrador nos cuenta que su amor es infinito y su admiración por ella es inigualable. Cuando Ligeia muere entra en depresión y su recuerdo lo obsesiona, eso no le impide contraer matrimonio con Rowena, una mujer completamente opuesta a su amada Ligeia (Rowena es rubia, angelical, pasiva, sin interés intelectual / Ligeia es de cabello oscuro, presencia sombría y una mujer apasionada por las letras y la metafísica). Al final de la historia cuando Rowena está muriendo poco a poco comienza a sufrir cambios físicos que le permiten a Ligeia volver a la vida…

¿Reencarnación o alucinación del narrador debido a su obsesión…?

En Morella se nos crea un mundo oscuro en el que el amor entre el narrador y ella no existe, pero aún así contraen matrimonio. Morella posee un carácter sumamente intelectual y erudito, pero el protagonista nunca pudo amarla, al contrario él describe como poco a poco siente miedo y desea su muerte.

Morella muere después de dar a luz a una niña a la cual “el padre amó como a nadie en el confín de la Tierra”, sin embargo, al crecer se parecía más y más a su madre no solo en su físico sino en su comportamiento e intelecto. Cuando la bautizan, el padre pronuncia su nombre “Morella” y la niña muere. Al llevarla a la tumba junto con su madre, el protagonista descubre que los huesos del cadáver anterior no están.

No podemos dejar de mencionar que antes de morir Morella se despidió con estas palabras: “Me muero, y sin embargo viviré. Nunca existieron los días en que hubieras podido amarme, pero aquella a quien en vida aborreciste, será adorada por ti en la muerte…”

 ¿Venganza por el amor que no pudo recibir? ¿Reencarnación? ¿Vida más allá de la muerte?

Belleza física e intelectual nos vamos a encontrar en Berenice y en Eleonora, pero que llevan a la locura y a la obsesión del narrador, muertes inexplicables que trascienden la lógica de ese protagonista que siente su presencia y necesita su recuerdo…

Estas cuatro figuras son descritas con tez pálida, manos frías, cabellos oscuros; presencias sombrías y nostálgicas. Descripciones góticas, muy comunes en la idealización de la mujer en el Romanticismo, pero no son las típicas mujeres “ángeles” de este mismo movimiento, sino son construidas desde la femme fatale que rompe todos los esquemas de la época y absorbe por completo al hombre…

Entonces ¿Qué genera el terror? ¿La mujer sobrenatural? ¿Las figuras y ambientes fantasmales? ¿La vida más allá de la muerte? ¿Los espacios góticos? ¿El hombre obsesionado por esa “femme fatale” que lo consume…?

Sin duda más allá del terror, mucho que analizar querido lector… ¡Y por supuesto una invitación a disfrutar de estos magníficos cuentos!