Historias sobre distopías hay muchas y muy buenas. Pero pocas historias cuentan con el desenfreno y la demencia de aquella modesta y desconocida obra que produjo el australiano George Miller a finales de los años setentas. Mad Max nació con sello de película de culto, lo que tal vez no se esperaba es que, casi cuarenta años después su creador se encargaría de llevar la historia a niveles de excelencia. Aunque eso es, otra historia.
Dejando de lado el desenfreno de la alocada propuesta, la visión casi apocalíptica de Miller (esta película no es post-apocalíptica, sino que se sitúa antes del colapso) parece tener su inspiración en la crisis del petróleo de 1973. Ya que, en el filme, aunque se habla de escasez de agua y energía parece ser la gasolina el recurso mas deseado, y como no, si este interesante mundo se desenvuelve alrededor del amor por los motores de carros.
Con una estética como de punks amantes de los motores, salvaje, cruda, que nada tiene que ver con la elegancia del dieselpunk. Y si inventáramos un término quizá sería «madpunk», este mundo se vuelve único por la apariencia de sus personajes, además del sonido de los motores y de las armas de fuego.
En la cultura popular
Hoy en día tenemos cuatro películas sobre Mad Max. Y una influencia consolidada en la cultura pop. Desde el diseño utilizado en ciertos vehículos del video juego «Grand thef auto». O más aún en la saga «Fallout» donde el vestuario, objetos y hasta cierto estilo es inspirado en el mundo de este filme.
Además, el final de la película inspira el final (y porqué no, toda la saga) de «Saw», y a cierta escena icónica de «Watchmen» también.
El animé «Hokuto no ken» tiene su estética y diseño de personajes basados en el mundo del filme. También en «Stranger Things… bueno no hay mucho que decir sobre la chica «Mad Max».
Fenómeno en taquilla
En su momento, el filme no fue recibido con los brazos abiertos por parte de la crítica. La película se estrenó primero en Australia, y posteriormente llegó a Estados Unidos, convirtiéndose en el filme con mayor ganancia tomando en cuenta el bajo presupuesto con el que se produjo. Esto fue así hasta que «El Projecto de la Bruja de Blair» apareció.
De hecho, inicialmente Miller no tenía intención de grabar una segunda película. La primera la terminó con dinero propio, e inclusive utilizando su vehículo en algunas escenas. Sin embargo, a raíz del descubrimiento a nivel internacional, posteriormente se hicieron dos secuelas. Y hace poco, Miller regresó con una nueva entrega que dio como resultado la mejor película de acción de los últimos años.
Sin duda, Mad Max inició de forma modesta pero firme, gracias al afán de un realizador que quería sacar de su cabeza todo un mundo entrañable que ahora es admirado por muchos.