El Raptor
Ethan Hawke
En El Teléfono Negro, Ethan Hawke ofreció una de las interpretaciones más escalofriantes de su carrera como El Raptor, un sádico asesino de niños que mantenía a sus víctimas encerradas en un sótano insonorizado. “Ethan Hawke es uno de esos actores que se sumerge por completo en un papel, y con El Raptor creó algo verdaderamente icónico”, dice el productor Jason Blum. “Era crucial que volviera, porque su actuación fue clave para el éxito de la primera película”.
Las espeluznantes máscaras y la presencia inquietante de El Raptor se convirtieron instantáneamente en iconografía del horror, y su muerte a manos de Finn (Mason Thames) al final de la primera película puso un final desgarrador a la historia.
Pero los villanos que dejan esa clase de huella raramente permanecen enterrados. En Teléfono Negro 2, Hawke vuelve como El Raptor, pero esta vez no es un ser vivo, sino algo mucho más aterrador. “No habría hecho la película si Ethan no hubiera querido volver a interpretar el personaje”, señala el escritor, productor y director Scott Derrickson. “Él accedió a regresar antes de que hubiera un guion, lo cual demostró una confianza sorprendente en mí. Reconocí el atractivo de traer de vuelta a El Raptor en la forma de un fantasma”.
Esa confianza refleja una colaboración que se remonta a Sinister, que Derrickson y el guionista y productor C. Robert Cargill realizaron con Hawke hace más de una década. “Scott Derrickson y Cargill son un equipo de guionistas y directores de alto nivel”, afirma Hawke. “Entienden perfectamente la geometría, las matemáticas y la metáfora de lo que una película de miedo puede alcanzar. Cuando les pidieron que me explicaran el papel de El Raptor, sabía que cualquiera que fuera su visión, sería brillante. Hay una belleza real en la idea de hacer que esta secuela sea la historia de Gwen, brindándole la oportunidad de explorar su personaje y curar a Finn de los trágicos acontecimientos que sucedieron en la primera película”.
A Derrickson, el regreso de El Raptor le ofreció la oportunidad de excavar más profundo. “Ethan interpreta a un fantasma vengativo, lo que en teoría es un elemento básico del género, pero no es habitual ver ni escuchar diálogos de un fantasma vengativo”, explica Derrickson. “Me interesaban tanto los motivos como la historia de su personaje. Si El Raptor va a regresar como fantasma, ¿por qué regresa y qué más podemos aprender sobre él que no supiéramos de la primera película?”.
Hawke abordó el regreso del personaje como una oportunidad para examinar cómo el horror se nutre de la memoria. “Las historias de fantasmas siempre me han parecido que tratan menos sobre los muertos que sobre los vivos”, dice Hawke. “Tratan sobre lo que persiste después de que alguien se ha ido, ya sea arrepentimiento, ira, amor u otra cosa. El Teléfono negro trataba sobre dos niños que sobrevivieron a una pesadilla viviente; Teléfono Negro 2 trata sobre lo difícil que es superar ese tipo de violencia. El Raptor Fantasma es la encarnación de los recuerdos inimaginablemente horribles que, por mucho que intentes recuperarte, siempre encontrarán la manera de atormentarte”.
Esa idea encuentra su expresión más escalofriante en cómo este nuevo capítulo redefine a El Raptor tras su muerte. “El Raptor ha evolucionado hasta convertirse en algo mucho más aterrador, porque ahora es una criatura sobrenatural”, explica Cargill. “En este universo, cuando alguien muere, las partes menos esenciales de su ser comienzan a desvanecerse. Lo que permanece es la parte más fuerte de ellos. Para los chicos del sótano, eso era el miedo. Para Robin, el amigo de Finn, era su fuerza moral. Pero para El Raptor, es pura rabia. Al final de la primera película, mata a su propio hermano y, en lugar de asumir la responsabilidad, culpa a Finn. En su mente, es culpa de Finn que su hermano haya muerto. Esa furia es lo que lo lleva al más allá, y es todo lo que es ahora: rabia y sadismo. Pero no sólo quiere venganza, quiere que Finn sufra. Quiere que vea morir a la única persona a la que realmente ama: su hermana. Amplificamos todo lo que hacía monstruoso a El Raptor”.
Finn
Mason Thames
Cuatro años después de huir del sótano de El Raptor, Finn, interpretado por Mason Thames, lleva el peso de la supervivencia como una sombra. En la primera película, Finn soportó semanas de cautiverio a manos del sádico asesino de niños, sólo para revertir la situación en un acto desesperado de autodefensa. Antes definido por su tranquila resistencia y sus agudos instintos, Finn ahora está marcado por un trauma que se niega a superar. Sigue atormentado por los recuerdos de El Raptor y lo sobrelleva adormeciéndose y alejando cualquier cosa que pueda obligarlo a confrontar el pasado.
“Finn pasó por algo horrible y, aunque salió fortalecido, el peso de lo sucedido no lo ha abandonado”, relata el guionista y productor C. Robert Cargill. “El Raptor lo persigue. Lo ve por todas partes y recurre a las drogas para intentar adormecer el miedo. No quiere tener nada que ver con los espíritus, con el teléfono, con nada de eso. Intenta aislarse de todo y vivir en negación. Así que, mientras Gwen empieza a descubrir este nuevo misterio, Finn hace todo lo posible por mantenerse al margen. Pero claro, la vida no te deja huir para siempre. Al final, tendrá que enfrentarse a lo que ha estado evitando”.
Thames, quien regresa al papel tras su aclamada actuación en la primera película, interpreta a un Finn que se ha vuelto más complejo con la edad y la experiencia. “En esta película, vemos que Finn ha cambiado”, señala Thames. “Ha estado reprimiendo toda esta ira y ya no es el mismo chico que conocimos en la primera película. En aquel entonces ya era un personaje complejo, pero ahora tiene aún más matices. En lugar de afrontar su trauma, fuma marihuana para sobrellevarlo. En cuanto siente que el trastorno de estrés postraumático lo invade, lo bloquea. La película plantea la cuestión de si está preparado para enfrentarse de nuevo a El Raptor, o si seguirá huyendo de él”.
Esa tensión lo persigue hasta la preparatoria, donde su reputación como “el chico que mató a El Raptor” le acarrea desafíos que no desea. “Él no busca peleas, pero de vez en cuando aparece algún chico nuevo y le dice: ‘Tú eres el que mató a El Raptor... veamos qué tan valiente eres’, relata Thames. “Ahí es cuando Finn tiene que usar su autoridad. Lo que Robin le enseñó en la primera película —que a veces sólo necesitas ganar una pelea para dejar de pelear para siempre— se le ha quedado grabado: cuanta más sangre, mejor. Así se demuestra más fuerte ante el público. Pero para Finn no se trata de la ira, sino de que lo dejen en paz. No tiene muchos amigos y, sinceramente, no creo que quiera tenerlos en este momento. Está tratando de descubrir quién es y quién quiere ser”.
Para el guionista, productor y director Scott Derrickson, la actuación de Thames refleja una evolución natural. “Mason es un actor excepcional”, menciona. “Creo que se convertirá en una gran estrella de cine. Era un niño cuando actuó en El Teléfono Negro, e inclusive entonces, yo me dirigía a él como si fuera un actor adulto experimentado. Su inteligencia emocional es tan vasta, y no se muestra interesado en ninguna de las trampas del estrellato. Así que, en lo que respecta al estado emocional del personaje de Finn, creo que sólo tuve una conversación con él sobre lo que buscaba, y luego le di el guion. No tenía ninguna duda de que se presentaría preparado para interpretar cada escena con veracidad emocional, y eso fue exactamente lo que hizo”.
Thames aceptó el desafío de seguir las secuelas emocionales de Finn. “Finn fue el primer papel en el que realmente pude profundizar en el lado emocional de un personaje”, dice Thames. “Lo que vive en la primera película es traumático, y en esta, está lidiando con las secuelas. Descubrir dónde debía estar Finn emocionalmente fue un reto y una recompensa. Scott y yo hablamos mucho sobre su arco argumental: dónde se encuentra al principio de la película, qué esconde y qué necesita para salir adelante. Fue un reto muy importante para mí, y creo que encontramos exactamente dónde debía estar Finn al final”.
Gwen
Madeleine McGraw
En El Teléfono Negro, Gwen, interpretada por Madeleine McGraw, era la hermana menor, ruda y de lengua afilada, cuyos sueños proféticos ayudaron a Finn a sobrevivir. Su valentía y su fe en esas visiones la volvieron indispensable para desentrañar el misterio de las víctimas anteriores de El Raptor. Cuatro años después en Teléfono Negro 2, el rol de Gwen adquiere un nuevo significado. Ya no es la intrépida desconocida que desafió al mundo para salvar a su hermano; ahora es mayor y se siente cada vez más aislada. Pero ahora, las mismas visiones que una vez la convirtieron en el salvavidas de Finn la colocan directamente en el camino del peligro.
“En la primera película, insinuamos que los niños heredaron diferentes partes de las habilidades de su madre para hablar con los muertos y tener sueños proféticos”, dice el guionista y productor C. Robert Cargill. “Gwen heredó el lado onírico. Ella puede vislumbrar el futuro y comunicarse con los muertos a través de sus sueños. Finn, por su lado, tiene la habilidad de escuchar a los muertos a través del teléfono, pero en esta película, está intentando aislarse de todo. Se está insensibilizando y negándose a utilizar su habilidad, pero Gwen está aceptando la suya. La explora, evoluciona y se fortalece. Al final, no sólo recibe mensajes, sino que también se comunica, hace preguntas, controla sus sueños e incluso interactúa con los espíritus que los habitan”.
Para McGraw, regresar a interpretar el papel significó abordar al personaje desde un lugar completamente diferente. “Una de las partes más emocionantes de esta película fue explorar los sueños de Gwen, y lo mucho que ella ha cambiado”, señala McGraw. “En la primera película, era apasionada e intrépida. Ahora se siente como una marginada. Está abatida, sufre acoso escolar y carga consigo mucho dolor. Esta vez me ha costado más meterme en su piel. En la primera película, nuestras personalidades eran parecidas. Ahora, somos más bien opuestas. Ella se ha vuelto callada e introvertida, y yo soy más extrovertida. Pero eso ha hecho que fuera aún más interesante explorar en quién se está convirtiendo.”
El guionista, productor y director Scott Derrickson reparó en el peso que exigía el papel. “El guion que escribí exigía mucho de Maddy”, dice Derrickson. “Tenía que interpretar algunas escenas que eran increíblemente agotadoras para ella personalmente; pero nunca dudé de su capacidad para hacer lo que se necesitaba. Si algo de lo que hacía no estaba bien, o si no capturaba lo suficiente la emoción pura que yo quería, simplemente se lo decía, y en la siguiente toma ella ofrecía algo increíble. Era admirable la forma en que se adentraba conscientemente en lugares muy oscuros y dolorosos en algunas de sus escenas. Es una actriz excepcionalmente buena. No expresa ni una sola incongruencia en la película”.
Para Derrickson, Gwen también afianza el vínculo entre hermanos que define la historia de esta película. “Quería ver cómo Gwen seguía siendo esa persona aislada malhablada con un espíritu profundamente sensible, dispuesta a seguir el camino que su don metafísico pudiera llevarla”, dice Derrickson. “Y me interesaba ver cómo los acontecimientos de la primera película habían creado un vínculo cada vez más profundo entre Finn y Gwen. Es muy raro que la secuela de una película puede empezar con los personajes tan unidos, y yo quería poner a prueba a esos dos personajes otra vez. Es hermosa la manera en que Finn y Gwen están dispuestos a protegerse entre sí, sin importar lo que suceda. Quería poner a prueba esa voluntad con un riesgo aún mayor que en la primera película. Y esta vez, quería que Gwen fuera la que estuviera en peligro”.
Ese peligro también aumenta lo que está en juego para Finn. “En la primera película, Finn y Gwen tenían una conexión profunda”, expresa Mason Thames. “Se querían mucho, y eso no ha cambiado. El que sí ha cambiado, es Finn; el único lugar donde aún se ve su ternura, es con Gwen. Él haría cualquier cosa por ella, y El Raptor lo sabe. Lastimar a Gwen es la única manera de llegar a Finn, porque intentar herirlo directamente ya no funciona. Eso es lo que vuelve tan aterradora a esta historia. No se trata sólo de sobrevivir, sino de proteger a la persona que más ama”.
McGraw también se volcó en el aspecto físico del papel. “Me encantó hacer las escenas de riesgo”, señala McGraw. “Recibí entrenamiento para hacer las escenas que realizan los dobles de riesgo e incluso obtuve la certificación de buceo para las escenas submarinas. Scott sabía lo mucho que me gustaba ese aspecto, así que escribió algunas escenas de riesgo disparatadas sólo porque sabía que me gustaría hacerlas. Incluso le dijo al equipo de dobles de riesgo: ‘Dejen que Maddy lo haga; le encanta’. Fue intenso y físicamente exigente, pero también una de las partes más emocionantes de la filmación”.
Este capítulo también trajo nuevas oportunidades para compartir la pantalla con Ethan Hawke. “En la primera película yo no trabajé con Ethan, así que compartir escenas con él en esta ocasión fue emocionante”, relata McGraw. “Cuando llegamos al set, estaba un poco intimidada, porque, bueno, se trata de Ethan Hawke. Él me apoyó mucho entre toma y toma, siempre chocándome los puños y diciéndome que lo estaba haciendo muy bien. Lo increíble es cómo puede pasar de ser un asesino psicópata aterrador frente a la cámara a bromear y silbar fuera de ella. Se aprende mucho estando rodeada de actores así”.
Ernesto
Miguel Mora
La muerte de Robin en El Teléfono Negro fue uno de sus giros más devastadores. El amigo rudo e intrépido que enseñó a Finn a defenderse fue asesinado por El Raptor, y su ausencia le causó a Finn tanto dolor como la determinación de sobrevivir. En Teléfono Negro 2, ese legado perdura a través Ernesto, el hermano menor de Robin, interpretado por Miguel Mora. Mora, quien debutó en la pantalla interpretando a Robin, regresa con una sorprendente reinvención.
“Nos hubiera gustado que Robin volviera a esta película, pero obviamente eso no tendría sentido”, explica el guionista y productor C. Robert Cargill. “Entonces a Scott se le ocurrió una idea: ‘¿Y si Miguel interpretara al hermano de Robin?’. Funcionó a la perfección. Robin era el rebelde, mientras que Ernesto es más reservado y retraído. Sin Robin, Ernesto ve a Finn como su vínculo con el hermano que perdió, pero Finn lo mantiene a distancia. En muchos sentidos, Ernesto es para Finn lo que Gwen es para su madre Hope: la continuación de algo sin resolver”.
Sin embargo, esa idea sólo funcionaría si Mora lograba integrarse convincentemente en un papel completamente nuevo. “No quería a Miguel para el papel sólo porque se pareciera a Robin”, afirma el guionista, productor y director Scott Derrickson. “Necesitaba ver cómo había evolucionado Miguel como persona y como actor. Pensé que él entendería el papel que yo había escrito, mejor que nadie. En las audiciones hizo varias escenas con Maddy sin la garantía de que sería seleccionado, y cuando vi su actuación, me quedé impresionado. A mitad de la primera escena, supe que era perfecto. Resulta que había pasado todos estos años trabajando duro en sus habilidades interpretativas, y creo que la mayoría de la gente no se dará cuenta de que Ernesto es el mismo actor que interpretó a Robin. Miguel es un chico muy disciplinado y dedicado, y destacará en cualquier cosa que se proponga. Y en este caso, hizo un trabajo increíble interpretando a alguien completamente diferente a Robin. Se ganó el papel y lo interpretó maravillosamente”.
Para Mora, la oportunidad de regresar fue tan inesperada como personal. “Mi personaje murió en la primera película, así que nunca pensé que podría volver”, relata Mora. “Ni siquiera sabía que se estaba considerando hacer una secuela, así que cuando supe que Scott quería que volviera interpretando el papel del hermano de Robin, estaba sorprendido y emocionado. Después leí el guion, y me atrajo cada página. Scott y Cargill escribieron algo realmente especial. Era más aterrador que el de la primera película, pero también más divertida, más romántica y más emocional”.
Mientras Robin se pelea a puñetazos, Ernesto navega por el mundo con moderación. “Cuando Scott describió por primera vez a Ernesto, supuse que sería rudo e impredecible como Robin”, dice Mora. “Entonces, Scott dijo: ‘No, es un estudiante de preparatoria ejemplar que usa lentes’. Una vez que comprendí quién era Ernesto, conecté con él. Perdió a su hermano, perdió a su padre y ahora vive con una madre soltera mientras se enfrenta al hombre que mató a su hermano. Lo que me encanta es que aporta levedad, pero también se puede sentir el peso que lleva sobre sus hombros. Hay dolor, ira y esa sensación silenciosa de que quizá la gente piensa que debería haber sido él quien muriera en lugar de Robin. Es una carga muy pesada de llevar”.
Ese contraste hace que el vínculo de Ernesto con Gwen sea aún más conmovedor. “Él está perdidamente enamorado de ella”, dice Cargill. “Y Gwen también está enamorada, pero se muestra cautelosa. Cuando se da cuenta de que Ernesto no sólo tolera quién es ella, sino que la acepta tal y como es, empieza a abrirse. Lo que se desarrolla es una historia de amor dulce y sincera entre dos jóvenes que se van conociendo mientras afrontan juntos algo aterrador”.
Para Mora, interpretar a Ernesto también se convirtió en una forma de mantener presente a Robin. “Se puede sentir cuánto de Robin sigue vivo en Ernesto”, señala Mora. “La confianza de Robin ahora forma parte de él. Llegar en un Impala destartalado e invitar a salir a Gwen delante de su hermano requiere valor, y creo que esa chispa proviene de Robin. Me encanta que Robin siga vivo en esta historia. Interpretar a ambos hermanos me ha permitido conectar con la historia más profundamente de lo que jamás hubiera imaginado”.
Terrence
Jeremy Davies
En El Teléfono Negro, Terrence, papel interpretado por Jeremy Davies, fue una figura de profunda contradicción: un viudo afligido que se aturdía con el alcohol y se ensañaba con sus hijos, aunque su crueldad revelaba la profundidad de su propia desesperación. Su volatilidad dejó cicatrices, pero la película también sugería que se trataba de un padre destrozado por la pérdida. En Teléfono Negro 2, Terrence regresa con la oportunidad de cambiar y enfrentarse a sus defectos mientras lucha por proteger a la familia que una vez rechazó.
“Algo que Jeremy apreció de la primera película fue que Terrence no era sólo un padre abusivo, sino que tenía muchas facetas”, menciona el guionista y productor C. Robert Cargill. “Esta vez, le dimos un arco argumental real: de ser un hombre destrozado y enojado, a ser un padre dispuesto a arriesgarlo todo para proteger a sus hijos. Eso significó mucho para Jeremy, y se nota en cada escena. Se entrega por completo a este papel, y es una de sus interpretaciones más poderosas”.
El guionista, productor y director Scott Derrickson describe el trabajo de Davies con respeto. “Jeremy era un amigo cercano de Philip Seymour Hoffman, el referente absoluto en interpretación de personajes”, dice Derrickson. “Jeremy merece la comparación. Cuando observas su trayectoria, te das cuenta de que es incapaz de ofrecer una interpretación falsa. Su dedicación y preparación para cualquier papel son insuperables. En las dos películas de Teléfono Negro, me encantó el tiempo que Jeremy dedicaba a hablar sobre el personaje y el diálogo de sus escenas. Le encanta actuar y le encanta el cine tanto como cualquier otra persona que haya conocido. Estaba muy interesado en cómo Terrence había intentado superarse a sí mismo tras los acontecimientos de la primera película, mientras que seguía sin mostrar interés y se mostraba escéptico respecto a las habilidades espirituales de Gwen. Hay una escena hacia el final de la película en la que Terrence asume plenamente lo que Gwen tiene que decirle, y creo que su actuación en esa escena es absolutamente brillante. Es un genio a la hora de retratar los matices de la fragilidad humana y una especie de nobleza quebrantada. No hay ningún actor como él”.
Mando
Demián Bichir
Teléfono Negro 2 introduce a Mando, personaje interpretado por el actor nominado al Óscar® Demián Bichir, como el dueño de Alpine Lake, el campamento que se convierte en el centro de las visiones de Gwen. Mando es un hombre marcado por un pasado turbulento que ahora se dedica a proteger a los niños que están bajo su cuidado. Su autoridad no proviene de la rectitud sino de la experiencia, y los errores que cometió en el pasado le otorgan una empatía poco común hacia aquellos que aún se encuentran en situación de riesgo.
“El personaje de Mando fue escrito como una amalgama de las personas que conocimos en la preparatoria”, expresa el guionista, productor y director Scott Derrickson. “Hombres de ascendencia mexicana que influyeron profundamente en mi vida en varios campamentos cristianos de las Montañas Rocosas. Quería que Mando fuera claramente mexicano, con acento mexicano, como evidentemente lo es Demián. Pero mientras hablábamos sobre el personaje, Demián le aportó más de lo que yo había escrito. Pasamos mucho tiempo hablando sobre la historia de Mando y cómo integrarla en la película. Él elevó ese personaje mucho más allá de lo que yo había escrito y luego le dio vida durante el rodaje. Estoy muy agradecido de haber trabajado con él”.
Para el guionista y productor C. Robert Cargill, Mando representa el tipo de consejero que dejó una huella imborrable en él y en Derrickson cuando eran adolescentes. “Los dos fuimos a campamentos cristianos mientras crecíamos, y Mando es una combinación de los consejeros que recordamos; personas que dedican su vida a guiar a niños en una edad vulnerable”, dice Cargill. “Queríamos que pareciera alguien con un pasado turbulento que encontró la redención y decidió ayudar a los demás. Demián aporta una empatía muy natural a cada escena. Encarnó completamente ese espíritu”.
Bichir basó al personaje en experiencias vividas. “Mando es un hombre que ha pasado por muchas cosas”, expresa Bichir. “Cometió muchos errores cuando era joven, pero esas duras lecciones moldearon quién es ahora. Cuando llegó por primera vez al campamento, cuando aún era propiedad de otra persona, se hizo una promesa: si lograba darle un giro a su vida, aprovecharía esa segunda oportunidad para alejar a los niños y alejarlos del mal camino que él había tomado”.
Esa historia influye en las decisiones que toma en Alpine Lake. “Como propietario del campamento, Mando siente una profunda responsabilidad por los chicos que Gwen empieza a ver en sus visiones”, dice Bichir. “No ha perdido la esperanza de que aún se pueda descubrir algo. Para él, esa esperanza es personal. Cuando Gwen aparece, ve en ella algo que le da un nuevo propósito. La ve como una chispa de posibilidad, una razón para seguir creyendo en lo que casi había abandonado”.
Para Bichir, su colaboración con Derrickson definió el trabajo. “Cuando tu director es también el guionista, hay una claridad en el set que hace que todo sea más nítido”, anota Bichir. “Scott aporta alegría, generosidad y concentración al trabajo. Es amable y da instrucciones con tal determinación y precisión que eleva cada momento. También forma equipos increíbles. Todos los departamentos están llenos de talento y, juntos, dan vida a su visión. Eso es lo que hacen los grandes directores”.
Mustang
Arianna Rivas
Mustang, interpretada por Arianna Rivas, es la sobrina de Mando y una peón de rancho en Alpine Lake. Trabaja en los establos, ayuda en la cocina y rápidamente se convierte en una de las aliadas más cercanas de Gwen. “Mustang era un personaje que no existía en el borrador original del libreto”, dice el guionista y productor C. Robert Cargill. “Pensamos que alguien más aparte de Mando tenía que estar en el campamento, pero no queríamos un consejero. Ahí es cuando surge Mustang, la sobrina de Mando. Es alguien que no aguanta tonterías de nadie. Es valiente, perspicaz y divertida; Arianna aportó mucha pasión al papel. Mustang se convirtió en una forma de mostrar en quién podría convertirse Gwen y lo que ve en alguien que ejerce su poder sin pedir perdón”.
Mustang aporta una tranquila resistencia al caos de Alpine Lake. “Mustang es sensata y estable”, dice Rivas. “No se altera fácilmente. Tiene una fortaleza y una mentalidad de ‘vamos a resolverlo’ que le ayuda a mantenerse concentrada cuando los demás empiezan a entrar en pánico. Pero, bajo esa coraza, hay una dulzura tranquila, especialmente en la forma en que se relaciona con Gwen. Hay una sensación de mentoría entre ellas, como si Mustang viera en Gwen una versión más joven de sí misma”.
Su vínculo con Gwen contrasta con su curiosidad cautelosa hacia Finn. “Mustang tiende a mantenerse en su propio carril”, dice Rivas. “No se forma opiniones firmes de inmediato, pero cuando conoce a Gwen, se siente atraída por su energía. Gwen dice lo que piensa, y Mustang respeta eso. A partir de ese momento, se convierte en alguien con quien Gwen puede contar. Finn es más un misterio para ella. Se da cuenta de que Finn ha pasado por muchas cosas y que eso le ha dado fuerza. Pero también hay algo en él que le llama la atención. La intriga”.
Para Rivas, el papel fue moldeado por el entorno creativo que el director Scott Derrickson creó en el set. “Scott es una auténtica fuerza de la naturaleza”, expresa Rivas. “Aporta un equilibrio poco común entre tener una visión clara y dar a los actores espacio para explorar. Es fundamental saber exactamente hacia dónde nos dirigimos, y Scott siempre sabe cómo llevarnos hasta allí. Al mismo tiempo, es abierto. Si le planteas una idea, te escucha, y dice: ‘Probémoslo’. Es paciente, generoso y crea un entorno en el que todos se sienten apoyados”.