La recomendación de hoy es el libro en el que se basa la película clásica El exorcista, escrito por William Peter Blatty.
El autor
Nació en Nueva York, ciudad por la que deambuló junto con su madre y sus hermanos luego de que su padre los abandonara.
De grandes creencias religiosas, su madre lo inscribió en diversos centros católicos jesuitas, lo que continuó durante su carrera universitaria al ingresar en la universidad jesuita Universidad de Georgetown. Posteriormente terminaría la licenciatura en Literatura inglesa en la Universidad George Washington, luego de lo cual se uniría a las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Fue durante su estancia en en el ejército cuando empezó a escribir y publicar en revistas y periódicos. A mediados de los 50 ganó 50,000 dólares en un concurso de televisión, lo que le permitió dedicarse a la escritura los años siguientes. También trabajó como guionista, ganando el Óscar por el guión de su novela El exorcista.
La novela
Para la época en la que Blatty escribió El exorcista no existían muchas investigaciones acerca de posesiones satánicas y exorcismos, por lo que el autor debió investigar sobre el tema, luego de quedar intrigado por un caso real de posesión satánica en una niña de 14 años en la década de los 40.
La extensa investigación de Blatty ve sus frutos en una novela que nos explica paso a paso los procedimiento médicos para descartar una posesión satánica, y llega de muy buena manera a sugerir el exorcismo luego de probar todos los métodos posibles.
La protagonista de la historia es Chris MacNeil, actriz famosa cuya hija, Regan, empieza a sufrir de un extraño padecimiento que la hace tener convulsiones muy fuertes, vomitar, agredir verbalmente y tener cambios de humor extremos. Los doctores catalogan su enfermedad como epilepsia o incluso síntomas de la pubertad o algún trauma, pero ante los resultados negativos en todos los exámenes realizados, sugieren a Chris que busque un exorcista.
En medio del caos, Chris y sus allegados se ven visitados por el detective William Kinderman, encargado de resolver el misterioso asesinato de Burke Dennings, director borracho y malhumorado que frecuenta la casa de Chris y que aparece muerto de manera extraña; sumado a esto, Kinderman investiga la relación del caso con una serie de sucesos extraños sucedidos en una iglesia profanada.
Blatty tiene la capacidad de dar datos científicos y religiosos sin llegar a aburrir al lector y explicándolos de manera que sean entendibles para todos, además crea personajes creíbles y con grandes personalidades, lo que le da más peso a la historia y misterio en el que suceden los hechos.
El autor logra brindar puntos de vista científicos y religiosos que no entran en conflicto en ningún momento, el neurólogo al que acude Chris es quien sugiere que busque un exorcista como tratamiento alternativo a lo que la medicina no pudo hacer por Regan. El padre Karras, por otro lado, es un jesuita al que Chris acude en busca de ayuda; Karras es un sacerdote y siquiatra que no demerita el accionar de los doctores, sino que busca demostrar que el padecimiento de Regan es mental y no posesión satánica.
La novela ahonda más en el padecimiento de Regan y la desesperación de Chris que en el exorcismo en sí: brinda todos los detalles y descripciones necesarios además de mucha información sobre posesiones y rituales satánicos para terminar con broche de oro, con el esperado exorcismo que pone a prueba no solo al padre Karras, sino al sacerdote que dirige el exorcismo: el padre Merrin, quien está seguro va a su último encuentro con el demonio.
De fácil lectura, con grandes personajes y una convincente explicación acerca de los procesos neuronales, los exorcismos y las posesiones satánicas, sin duda El exorcista es un libro que no te arrepentirás de leer.