Desde que inicias será imposible no disfrutarlo como un niño pequeño.
Es curioso como Sony se ha mantenido en una dura pelea con sus juegos exclusivos con ello por igual muchos desarrolladores japoneses intentando atraer al público norteamericano y SCE Japan Studio es uno de ellos. Sé que el PlayStation 3 ahora está a punto de jubilarse por la llegada del PlayStation 4, así que hoy hablaremos de uno de los juegos que revive el estilo plataformero y el espectacular del 2D: “Puppeteer”, llega para demostrar que aún se pueden crear obras de arte y grandes historias alejándose de los videojuegos de renombre.
Aunque no lo crean el género de plataformas se mantiene más vivo que nunca y eso lo demuestra el director británico Gavin Moore (The Getaway) al crear este título que vale cada peso invertido. Puppeteer trae de vuelta las historias de fantasía de princesas, castillos, malvados villanos y como héroe una insignificante marioneta llamado Kutaro que estará dispuesto a hacer templar al Rey Oso Luna. Este malvado cruce entre Yogi y Oogie Boogie está robando el alma de los niños para ampliar su ejército, así que el descabezado muñeco Kutaro, se pondrá manos a la obra para reclamar su alma y devolver al reino su belleza pérdida y para ello necesitará un objeto mágico indispensable: las tijeras Calibrus, que lo eligen como portador y la inestimable ayuda de Pikarina, una compañera que nos seguirá flotando por el escenario colaborando con nosotros ya sea a modo solitario o con otro jugador donde también podrás desempolvar tu control Move.
Más allá de la historia no les puedo contar, pero logra en un ciento por ciento mantenerte enganchado hasta el final gracias al carisma del narrador y los diálogos tan agiles de los personajes que parecen improvisados y con gracia, constantes bromas, locuras entre los personajes que no acaban de llevarse bien, abundantes intentos por romper la cuarta pared, el contacto entre actores y jugador por ello escuchamos voces y el ruido de los espectadores en sus butacas para realzar los momentos cómicos en las caídas, los agudos diálogos o como pista auditiva de la jugabilidad, avisando ante sorpresas y peligros que están a punto de afectar a Kutaro, tal y como suelen hacer los espectáculos de marionetas infantiles que piden respuesta de su público para que se implique.
El juego está narrado en actos, siete en total y éstos en capítulos (me recuerda mucho a la narrativa de Alice Madness Return) y donde nuestro objetivo será ir coleccionando todo tipo de cabezas intercambiables (sin uso ofensivo). En cada nivel podemos acumular tres cabezas que iremos perdiendo por daños recibidos, aunque si somos rápidos es posible recogerla antes de que se esfume ya que sin cabezas, estamos muertos. Las vidas se obtienen recogiendo unos cristales del escenario así que con 100 conseguimos un nuevo intento y más vale no derrochar muchas porque tan pronto acumulamos 20 vidas y aparece un jefe revoltoso que nos hace perder 10 en un santiamén. En general no es un juego difícil, pero desde luego que no lo vas a terminar con una mano.
A medida que avanzamos aparecen más y más cambios en la mecánica: secciones de saltos en rebotadores, de habilidad recortando siluetas en el aire, acción sobre vehículos automáticos, ligeros puzles (no basados en imprevisibles físicas), fases contrarreloj con superficies que avanzan y no, esto no es Little Big Planet es simplemente lo que le agrega un plus al juego. Las tijeras Calibrus serán nuestro aliado más grande ya que nos sacará de todos los apuros.
Otro de los puntos fuertes de Puppeteer es el alto nivel artístico que lo caracteriza, logrando combinar obras infantiles con espeluznantes personajes y apariciones, además de mostrarnos distintos escenarios muy bien logrados, efectos de luz y humo espectaculares, desenfoque de movimiento que añade suavidad al desplazamiento de objetos rápidos y físicas realistas para los cuerpos blandos. Además es compatible para jugarlo en 3D sin resentir el rendimiento demasiado y totalmente recomendado ya que se realza en muchas escenas. Lo anterior combina perfectamente con las piezas musicales que fueron creadas para este título, las que nos hacen sentir escalofríos al escucharlas. Se inclina por música orquestal de calidad, con algún tema muy pegadizo pero sobre todo, que se adaptan muy bien al ambiente de la fase y sabe cuándo pasar más desapercibida y cuándo subir la intensidad (una característica que hoy en día muy pocos juegos logran con tanta dedicación).
Puntos en contra aún no encuentro, siendo un juego bastante extenso con aproximadamente unas 12 horas y totalmente rejugable, ya que si bien nunca alcanzamos a capturar todas las cabezas, algunas de ellas nos dan la opción de desbloquear fases secretas.
Para concluir, Puppeteer es a simple vista un juego interesante y que une a la perfección la una historia simple con un desarrollo fascinante. Un título, que aunque no lo crean, tiene un muy buen doblaje latino que les entrega gracia y vida a los personajes. Si tienes PlayStation 3, estas cansando de jugar lo mismo y no tienes Puppeteer ¡ve por él de inmediato! Es una muy buena excusa para adquirirlo.
Y aunque luzca como un juego para niños yo sin duda lo disfrute al máximo, no les puedo mentir es un gran juego y sumamente divertido para jugarlo con alguien más.
Por Ashley Gamboa