REVIEW de SOUL: El alma de Pixar

REVIEW de SOUL: El alma de Pixar REVIEW de SOUL: El alma de Pixar

No es extraño que Pixar nos entregue un producto de alta calidad, desde sus primeras entregas nos han asombrado no solo por su capacidad técnica sino también por su habilidad para contarnos historias que logran llegar al fondo mismo de nuestras almas.

Pero en el caso de Soul, la película estrenada en Disney+ este 25 de diciembre, la compañía de animación da un paso más allá y nos comparte una producción que mantiene el mismo nivel de sus antecesoras a la vez que explora conceptos que se alejan de ser una película para infantes.

La fórmula Pixar

Podríamos discutir si las producciones anteriores de esta empresa son infantiles, o si son familiares, o si son cintas pensadas para los adultos con elementos que gusten a los pequeños. Mi teoría es que nos acercamos más a la última opción y que justo en eso radica el éxito que han tenido.

Al intentar crear un proyecto pensado para una población infantil no se puede dejar de lado a sus acompañantes adultos, son estos los que pagan los boletos y los que tienen que soportar –a veces sufrir- en la sala de cine, en el carro, en la casa y por los siguientes meses hasta que se pase la fiebre ocasionada por las canciones, los personajes o las frases que se repetirán incansablemente.

Así que lo mejor es hacer algo que los adultos van a disfrutar tanto o más que los niños, para que regresen varias veces, para que compren productos y para tener este enlace entre generaciones.

Soul tiene un desbalance de esta fórmula, se inclina más hacia su público adulto y deja de lado la otra parte. Y eso no es malo, todo lo contrario, pero si espera que los peques se distraigan un rato, es más probable que terminé usted consumido en la pantalla.  

Tendremos que esperar lo que nos traerán en el futuro para ver esa evolución, y si quieren saber más de lo que viene en animación de Disney les invitamos a leer esta nota https://revistayume.com/post/animacion-para-el-alma

Una historia con ritmo

Pixar suele jugar con sus títulos. En este caso sucede lo mismo.

Joe Gardner es un profesor de música de colegio, pero su sueño –desde que su padre lo llevó a un concierto- es tocar Jazz en vivo sobre un escenario. Sin embargo, la vida lo ha llevado por el otro camino, con tal de pagar recibos, comer y agradar a su madre que no desea que Joe tenga el mismo futuro que tuvo su esposo.

Estudiantes que apenas lo intentan, una relación materna complicada, su sueño cada vez más lejano y poca perspectiva de cambio han llevado a Joe a sentirse estancado, sin propósito. Por suerte un gran profesor nunca se olvida, y un ex estudiante de Joe toca batería con Dorothea Williams, la gran saxofonista y cantante de Jazz que necesita con urgencia un pianista para la presentación de mañana.

Nuestro protagonista hace una audición maravillosa, de esas donde el cuerpo se va y solo queda el alma mostrando todo lo que lleva adentro, por lo que Dorothea le contrata de inmediato. Por mala suerte, la alegría de Joe lo pone en peligro muchas veces, hasta que no logra escapar. Joe Gardner muere. Pero su alma no está dispuesta a aceptarlo.

Y todo esto es del trailer, nada es spoiler, esos son los primeros minutos de una historia que nos lleva por lugares insospechados y que nos enfrenta con dilemas existenciales que sin duda nos hemos preguntado más de una vez, tal como lo hace 22, el alma que Joe debe acompañar y que sirve de co protagonista.  

La animación como herramienta

Cada nueva entrega lleva a la animación un paso más adelante, y en Pixar podemos trazar un camino claro entre los ejes temáticos que se van relacionando y entre la tecnología que introducen en una cinta para perfeccionarla en la siguiente.

Con Soul podemos ver elementos de antiguas producciones, como Inside Out o Coco, llevados a otro nivel tanto en narrativa como en técnica.

La dirección de Pete Docter acompañado de Kemp Powers es impecable, es cuidadosa, maneja los ritmos de la historia con el único fallo de que puede sentirse lenta para un público de menor edad. El guion sabe darnos momentos de comedia constante y la dirección tiene la inteligencia de no permitirle a esos momentos tomar el protagonismo del relato.

La animación juega con diferentes técnicas -es una lástima no poder apreciar todo ese abanico de texturas en la pantalla grande-, además crea ambientes tan realistas que es difícil aceptarlos como algo que no existe. La interpretación de los personajes está tan llena de detalles y sutilezas que no hay momento donde dudemos de lo que están sintiendo, ya sea en versión alma o en “carne y hueso”.

La fotografía nos permite entrar con facilidad a los puntos de vista de los personajes y nos hace participes de la ansiedad o de la importancia de ciertos momentos, así como del horror de otros donde todo parece perdido.

Y todo el Jazz

Desde luego que esta cinta tiene música, y debe comunicar desde ella. Esa tarea fue encargada al extraordinario Jon Batiste, que durante este 2020 ha dado mucho de qué hablar por sus manifestaciones contra la violencia policial y por la composición del himno estadounidense que interpretó al inicio de la temporada de la NBA.

Batiste no solo arregló el tema musical “It's All Right” de The Impressions para una nueva versión que acompaña los créditos, sino que también toca los momentos de Jazz y sirve de base para la animación de Joe Gardner durante sus interpretaciones.

Completando la partitura tenemos a los versátiles Trent Reznor y Atticus Ross que se encargan del resto de la composición, y que acompañan de forma perfecta los ambientes donde se mueven las almas, el Más Antes (espero que lo llamaran así en español).

Las voces reúnen a un elenco que sabe desaparecer y darnos personajes que son una mezcla de orígenes que se agradece. Jamie Foxx, Tina Fey, Questlove, Phylicia Rashad, Daveed Diggs, Richard Ayoade, Graham Norton, Rachel House, Alice Braga, Wes Studi, Fortune Feimster y Angela Bassett son parte de este gran elenco.

Desde el alma

No voy a revelar las conclusiones a las que llegan los personajes en sus viajes, hay que hacer el recorrido en conjunto para disfrutar de ese final. Tampoco voy a comentar sobre los planteamientos filosóficos que se nos tiran constantemente y que son la clave en la que vibra esta gran película.

Lo que sí puedo decir es que cualquier persona que haya tenido un sueño y que la vida le hizo dejarlo de lado, se va a sentir como Joe. Cualquier persona que en algún momento sienta que no tiene claro su propósito en este lugar, se va a sentir como 22. Todo artista que ha luchado con la decisión imposible entre dejar de hacer lo que le llena o comer, va a sentir que le tocan el alma y se la vuelven al revés.

Esa es la magia de Pixar, no importa si la historia es sobre juguetes o carros, si son sentimientos de una adolescente o un robot enamorado, si es una lámpara juguetona o un maestro que pasa sus días enseñando a disfrutar el arte. Lo único que importa es el alma, esa chispa que nos hace movernos desde adentro y la vida que nos rodea hasta en lo más pequeño.

En un año como el que llega a su fin, ahora es más importante valorar lo que el entretenimiento y el arte nos han dado; porque mientras la ciencia y los miles de trabajadores de la salud han luchado por mantener nuestras vidas, la música, el baile, las historias, el cine y la televisión nos han salvado el alma.

Calificación: 10 de 10

Redacción

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