Del director David Mackenzie (Hell or High Water) y nuevamente con Chris Pine como protagonista, llega la nueva película distribuida por Netflix. Outlaw King es un drama histórico basado en los sucesos ocurridos en la Escocia del siglo XIV. Podría decirse que el filme es una continuación de la épica película de Mel Gibson (Braveheart). Robert the Bruce, se apodera del trono escocés para intentar liberar al pueblo de la monarquía inglesa, encabezada en aquel entonces por Robert I interpretado por Stephen Dillane (Stannis Baratheon) y su hijo el príncipe de Gales.
¿Qué tal está?
Con gran acierto en los detalles de la época, fortaleza que Mackenzie conoce, ya que no duda en mostrarnos con tomas de 360 grados los alrededores, inundándonos del diseño de producción medieval más allá de solo bellos paisajes naturales. La historia inicia con un bien logrado plano secuencia que sirve para darnos una pista de por donde irá la historia. más aún si no conocemos los hechos históricos reales.
El filme avanza con un buen ritmo, mostrando los hechos clave de forma clara, sin perder dinamismo en la maraña política que culmina con los enfrentamientos. Enfrentamientos que, están hechos de forma que sean realistas, sin exceso de dramatismo, sangrientos, y bien coreografiados.
A pesar de los aciertos formales que hemos mencionado, el argumento peca de no profundizar lo suficiente en los personajes. Se reciente hasta cierto punto, una falta de caracterización de los personajes, incluyendo al rey proscrito interpretado por Pine. Lo que provoca una falta de intensidad dramática en algunos momentos críticos.
Al final, Outlaw King es una película que no dejará de gustar a quienes se sienten atraídos por la salvaje época medieval europea, no llega ser una nueva oda épica, pero si retrata de forma realista un episodio dramático y sangriento de la historia escocesa.
La película está disponible desde el pasado 09 de noviembre en Netflix.