Muy buenas mis queridos lectores, les saludo cordialmente y comentándoles que ya alejado del vicio de los videojuegos, vuelvo a escribir sobre… El vicio de los video juegos.
Ya en serio, 2016 fue un año en el que realmente me dediqué como si no hubiera un mañana a jugar, jugar y jugar. Esto fue bueno porque en el camino recopilé muchísimo material para escribir, lo malo fue que no lo escribí… Uno de esos temas se me vino a la mente justo el 31 de diciembre mientras jugaba con un amigo Warrior Blade en emulador de arcade. Dicho titulo tiene varias características que me parecieron sorprendentes para su época, y de paso me motivaron para hablar sobre un par de casos similares en que las “maquinitas” justificaban el robo que conllevaba tirar dos monedas por turno. Así sin más rodeos comencemos:
Ya que el primer clavo del tema fue el ya mencionado Warrior Blade: Rastan Saga, comenzaré hablando de su genialidad. Esta robusta máquina con dos pantallas simultáneas comercializada a partir de 1991 nos permitía jugar en cooperativo con un amigo en un excelentísimo beat ‘em up que gozaba de muy buenos graficos. Además su gameplay era fluido y las voces en idioma… Bueno la verdad no estoy seguro pero me pareció alemán.
Sé que no debería sorprenderme tanto el hecho de que usara dos pantallas en 1991 debido a que eso ya existía desde Ninja Warrior en 1987 e incluso era de tres pantallas simultáneas. También estaba el increíble X-Men para 6 jugadores, pero la fluidez de Warrior Blade me impresionó mucho más. En resumen, me sorprendio por hacer las cosas bien.
En este segundo puesto me no me pude poner de acuerdo por uno sólo, así que se van los dos. Me refiero a Jurassic Park y The Lost World: Jurassic Park. El primero de ellos se lleva las palmas por la acción rápida y el segundo por lo inmersivo que puede ser (gran parte de esa inmersión es por literalmente estar encerrado dentro de la máquina). Uno podía llegar al barrio presumiendo haber jugado en esas tragamonedas con justa razón.
¿Así que los graficos no lo son todo? Qué tal si nos devolvemos a 1994 y jugamos una partida de Killer Instinct. ¡Santa madre de Super Mario! No había nada, absolutamente nada que se le acercara siquiera en calidad gráfica: los escenarios, los personajes, sus movimientos, la forma en que cambia ligeramente el ángulo de los objetos según a donde se mueva la cámara. De verdad era para que se nos quemaran las retinas frente a ese casi radioactivo monitor.
Y ya para finalizar nos vamos a más de 1000 KMPH en el increíble F-ZERO AX, todo un gabinete temático que incluso simulaba los derrapes y los golpes de la aeronave mediante suspensión hidráulica. Poner mi ñoño trasero en esa cosa a sido uno de mis mayores logros en la vida, algo así como graduarse de Ingeniería pero más adrenalínico.
Y así mis estimados lectores llegamos al final de este pequeño artículo, esperando una vez más que se entretengan ya que para eso les escribo, sí saben de algún otro digno de la lista no duden en recomendármelo. Me gusta conocer más del medio. ¡Gracias por leer, y no dejen de jugar!