Siempre es bueno hablar de los juegos que marcaron nuestra infancia, y de inmediato saltan gozosos a nuestra memoria nombres como Super Mario Bros. 3 o Sonic the Hedgehog 2. Sin embargo, en el tránsito creo que todos tuvimos malas pasadas al confiar nuestro tiempo en algún título que a estas alturas de la vida incluso nos da como vergüenza admitir que jugamos.
Es por eso que hoy quisiera pasar al confesionario para contarles un par de malos ratos que tuve en este hobby, así que ven y siéntete cómodo a disfrutar de mis desventuras.
“Los machos también lloran”
A razón gráfica, eso siempre lo imaginé como un hombre bigotón y cara dura montado en su caballo, con una escopeta en sus manos quien mientras mira con el seño fruncido hacia el horizonte, una lágrima le recorre su mejilla grotesca… Debería comenzar a escribir poemas, ¿me explico? Digamos que esta descripción gráfica es así porque de esta forma me sentí al dejar de jugar el juego de South Park para Nintendo 64, no precisamente porque su historia me rompiera el corazón.
El juego aparte de ser exageradamente repetitivo y plano en sus escenarios, abusaba del color blanco en estos. Ddigamos que se justifica por estar todo cubierto de nieve, pero ese blanco en la pantalla de mi ya difunto TV de 14 pulgadas con el contraste alto e irreparable me irritó tanto la vista que me sacó una lágrima. Cada vez que recuerdo esa anécdota me brota una lágrima de macho como aquel día.
“Tiene música Rock, ¿qué podría salir mal?”
Otro sin sabor que me dejaron los juegos de antaño se llama REVOLUTION X, el cual en síntesis es un shooter sobre rieles con temática de la banda rock Aerosmith que salió originalmente para arcades y posteriormente para consolas.
Cegado por lo que había leído en revistas sobre el juego, no perdí oportunidad en comprar la versión de Super Nintendo a la primera que lo vi. Llegué a casa emocionado y me senté a jugar con uno de mis amigos que es muy fan de la banda solo para después de 15 o 20 minutos tomar la mejor decisión del día: cambiar de juego para no quedarnos dormidos.
Ahora que lo pienso, casi todos esos juegos de disparar a sprites, que de por sí eran bien feos y se repetían, y repetían y repetían… Eran terriblemente malos. Digo casi todos porque lo poco que jugué de Tin Star me pareció bonito, pero nada raro que sea aburrido a la larga.
“Nada como jugar una secuela después de más de 10 años”
No podría decir que fue la secuela que siempre esperé, porque en realidad no me imaginaba por asomo que el Splatterhouse para PlayStation 3 y Xbox 360 fuera una realidad. De verdad creí que después del ’94 la saga estaba más que muerta. Pero no, incluso salió en edición coleccionista, era realmente emocionante para mí ver lo que podrían hacer con toda la tecnología de la época.
Los trailers eran buenos, enseñaban gráficos que no estaban mal y una jugabilidad rápida y agresiva; el gore, que es prácticamente el apellido de la saga se veía muy bien y si a todo esto le sumamos un muy motivador retro tráiler, la publicidad quedaba perfecta. En fin, todo este hermoso sueño se terminó en el momento en el que jugamos… Odio cuando los trailers venden humo, y bueno, después de 4 excelentes títulos publicados entre los 80’s y 90’s, este último, que tenía todas las herramientas para ser genial y me atrevo a decir que hasta podía servir para vender una secuela, se quedo el cajón de los juegos mediocres.
Les juro que este tráiler es el único que me causa emoción y decepción a la vez. Los escenarios se veían muy mal, al punto de que contrastaban con la temática que creí que iba a ser seria, los enemigos se comportaban como idiotas y aparte que se repetían exageradamente. Casi lo peor eran los tiempos de carga, cada vez que moría había un tiempo de carga que me dejaba reflexionando sobre qué estaba haciendo con mi vida.
Los tiempos de carga fueron casi lo peor, porque ese mérito fue sin duda para la escena final: una pelea contra una amalgama de enemigos genéricos a los que sin mucha ciencia debíamos machacar igual a como lo hicimos durante todo el juego, esto ensalsado con gráficos de juego de PC de 2001 en pleno 2010. La joya de la corona era escuchar a la «damisela en apuros» pegando gritos como loca durante toda la desmotivante batalla… En estee hobby he rescatado a muchas «damiselas en apuros», pero ninguna me ha motivado a dejarla botada como esta…
A veces me da por desempolvar algún juego que ya pasé e irme directo al archivo que tenga el jefe final solo para revivir el desenlace. Este lo pasé como en el 2012 y juro que nunca más lo volveré a jugar.
En fin, espero que mínimo se divirtieran con mis malas pasadas, me voy tranquilo de saber que siempre habrá un buen juego con excelente música y gameplay esperándome para secar mis lágrimas de macho. ¡Feliz gaming!