PlayerUnknown’s Battlegrounds registra cifras récord en todo el mundo, especialmente en China, donde legiones de jugadores llenan los servidores para disfrutar del Battle Royale.
Sin embargo, los usuarios del país asiático sufren también la presencia masiva de tramposos que arruinan la experiencia de juego, por lo que las autoridades del país han detenido hasta a 120 jugadores tramposos y creadores de “cheats”. Según Bloomberg, Tencent habría colaborado con las autoridades chinas para destapar hasta 30 casos de comportamientos inadecuados, localizando así a los jugadores responsables. La policía china acusa a dichos jugadores de vender software ilegal para modificar varios aspectos de la jugabilidad de PUBG, como la visión de rayos X, la capacidad de volar o el auto-apuntado, entre otros “exploits”.
Varios de estos jugadores son tramposos habituales y ya habían sido detenidos con anterioridad acusados de piratería y otras prácticas ilegales en el sector de los videojuegos.
Los acusados se exponen hasta a cinco años de cárcel por lucrarse con dichas prácticas.